Bogotá, COLOMBIA (Agencia Fides, 25/01/2018) – Solidaridad con el pueblo venezolano y con sus
pastores, dos de ellos amenazados por el presidente de la República,
Nicolás Maduro, tras sus sinceras homilías de denuncia. Así lo expresa
la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) en un
comunicado enviado a la Agencia Fides desde su sede en Colombia.
En particular, el 14 de enero, Mons Víctor Hugo Basabe, titular de la
Diócesis venezolana de San Felipe, había denunciado la difícil situación
del pueblo, diciendo: “No elegimos el camino de la maldición por la que
se han encaminado los que niegan que en Venezuela se sufre hambre y
desnutrición”. Y había atacado el mal gobierno y la corrupción,
agregando: “Nuestro destino como nación no está en manos de un hombre,
de un gobierno o de un imperio, sino en las manos de Dios”, refiriéndose
después a los compatriotas que se ven obligados a emigrar. Según el
prelado, “si alguien se tiene que ir, estos son los responsables de la
corrupción, que condena a los enfermos a morir por falta de cuidados
médicos y de medicamentos” y “los que se dedican a pisotear la dignidad
de los venezolanos”.
El obispo podría ser objeto de un delito, el llamado “crimen de odio”,
recientemente codificado por una ley aprobada por la Asamblea
Constituyente y promovida por el presidente Maduro. A la vista de tal
acusación, la Conferencia Episcopal de Venezuela había respondido que
“el presidente ha distorsionado totalmente el mensaje de los obispos,
especialmente de Mons. Basabe, con el fin de acusar a los obispos de
crímenes”, señalando que lo que habían dicho los Obispos corresponde “a
la verdad de lo que sucede en el país”. “Las palabras de acusación del
Presidente - remarca el episcopado venezolano - constituyen una nueva
prueba del hecho de que la ley (que establece el crimen de odio), fue
diseñada para penalizar a todos los que causan molestias al gobierno”.
Incluso el mismo Mons. Barsabe, acusado por el jefe de Estado, respondió
diciendo que en su homilía, “no había ninguna incitación al odio o la
rebelión”, y que “el Gobierno reacciona porque hemos
tocado las conciencias”.
Por su parte, el Celam, el más alto organismo representativo del
Episcopado Latinoamericano, ha recordado la afirmación de Jesucristo:
“Bienaventurados cuando os insulten, os persigan y mintiendo, digan toda
clase de males en vuestra contra por mi causa” (Mt. 5,11). “Hacemos un
llamamiento para que se respete la libertad religiosa y la libertad de
expresión como derechos consagrados por la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela” y para que se “garantice la integridad física y
el bienestar total de Mons. Antonio López Castillo, de Mons. Víctor
Hugo Basabe y de todo el pueblo venezolano”, concluye el Celam.