Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 24/01/2018) - “Don Robert Masinda sigue prisionero pero
sabemos que está vivo y esperamos que pronto sea liberado” dice a la
Agencia Fides Mons. Emmanuel Mwanapenzi Nyonyu, Vicario General de la
diócesis de Butembo-Beni, en Kivu del Norte al este de la República
Democrática del Congo.
Don Robert Masinda, parroco de Bingo, fue secuestrado el 22 de enero
junto con otras 5 personas. “Cuatro de los colaboradores de Don Robert
han sido liberados. Don Robert y el único colaborador aún no liberado
permanecen en manos de los secuestradores”, dice el vicario general.
Los secuestradores parecen ser soldados que pretenden un rescate.
En un comunicado publicado en Kinshasa ayer, 23 de enero, la Conferencia
Episcopal Nacional del Congo (CENCO) condena el secuestro de don Robert
y de sus colaboradores y denuncia los varios secuestros de sacerdotes
ocurridos en la zona, recordando don Charles Kipasa y don Jean Pierre
Akilimali, secuestrados el 16 de julio de 2017 por unos hombres armados
en uniforme militar en la parroquia Maria Reina de los Ángeles de
Bunyuka, en la periferia de Butembo, que todavía
están en manos de sus secuestradores, y los 3 padres asuncionistas,
Jean-Pierre Ndulani, Anselme Wasikundi y Edmond Bamutute, secuestrados
en su parroquia de Notre-Dame des Pauvres de Mbau, a 22 km de Beni. También en Beni, otro asuncionista, el p.
Vincent Machozi que durante años denunció la explotación ilegal de
Coltán, fue asesinado en marzo de 2016.
“La CENCO exige la liberación inmediata de todos los prisioneros, y hace
un llamamiento a las autoridades congoleñas y a la MONUSCO (Misión de
la ONU en la RDC) para que garanticen la seguridad de la población e
identifiquen rápidamente a los autores de estos crímenes”, afirma el
comunicado.
Su Eminencia el Cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, Arzobispo de
Kinshasa ha denunciado la violenta represión de las manifestaciones
convocadas por los laicos católicos el domingo 21 de enero (véase Fides
22 y 23 de enero de 2018). “Queremos que reine la fuerza de la ley y no
la ley de la fuerza”, ha dicho el cardenal en una declaración a la
prensa. Recordando a las víctimas de la represión, al menos seis muertos
y varios heridos, el cardenal se pregunta: “¿Nos hemos convertido en
una prisión a cielo abierto? ¿Cómo se puede matar a hombres, mujeres,
niños y ancianos que cantaban canciones religiosas, sosteniendo biblias,
rosarios y crucifijos?”.