Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 15/02/2018) - Si cada unos de los fieles da una pequeña
contribución, en poco más de un mes se podrá hacer mucho. En este
espíritu, los Obispos de Filipinas han decidido dedicar el tiempo de
Cuaresma a una campaña para garantizar la seguridad alimentaria de los
niños desnutridos a nivel nacional.
"El programa 'Hapag-asa' (la mesa de la esperanza) ayuda a los niños
desnutridos a través de la nutrición complementaria y la educación de la
primera infancia. El lema es 'Fast to Feed', que tiene como objetivo
fomentar las obras de caridad, que son una expresión de fe”, dice a la
Agencia Fides el obispo Honesto F. Ongtioco de la diócesis de Cubao,
cerca de Manila. “La Iglesia se acerca a los necesitados, especialmente a
los niños: el tiempo de Cuaresma nos urge a amar y servir a nuestro
prójimo cada vez mejor, con la gracia de Dios", señala el Obispo.
La iniciativa ha tenido un buen éxito en el 2017: el año pasado, más de
20.000 niños recibieron nutrición en varias diócesis de las Filipinas y
recibieron comidas nutrientes durante seis meses seguidos. “Para poder
volver a realizar algo así, necesitamos que la campaña Fast to Feed 2018
presentada este Miércoles de Cenizas, sea apoyada por todos”, explica
el p. Raul d. Buen de la misma diócesis.
Se alienta a los fieles a ayunar durante la Cuaresma y a destinar al
fondo el dinero que se haya ahorrado por esa comida correspondiente, en
favor del programa de alimentación infantil necesitado.
Desde 2005 durante la Cuaresma, el "Pondo ng Pinoy" (PnP o "Fondo de los
Filipinos"), un fondo económico especial establecido por el Cardenal
Gaudencio Rosales, lanza un programa específico de alimentación para
alimentar a niños filipinos, llegando a más de 250 mil niños.
El programa PnP se basa en mini contribuciones: 5 o 10 pesos por día o 600/1200 pesos por seis meses.
El programa alimenta a niños de entre 6 y 12 años, mientras que a sus
padres les proporciona habilidades básicas, acompañándolos para mejorar
sus medios de subsistencia y formación profesional. Desde 2005, más de
un millón de niños desnutridos han recibido asistencia, gracias a la
colaboración con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.
El objetivo de la iniciativa, explica la Iglesia filipina, es
“desarrollar la cultura del compartir y amar a los vecinos; reducir la
tasa de malnutrición entre los niños de 0 a 12 años; mejorar la
capacidad de los padres para cuidar y satisfacer las necesidades básicas
de sus hijos”.
La tasa de malnutrición entre los niños en Filipinas ha sido un dato
alarmante durante los últimos 15 años. Los resultados de la Séptima
Encuesta Nacional de Nutrición realizada por el Instituto de
Investigación Alimentaria y Nutricional (FNRI) en 2008 encontraron que
todavía hay alrededor de 3 niños de cada 10 de entre 0 y 10 años con
bajo peso. Tener bajo peso aumenta el riesgo de muerte e inhibe el
desarrollo cognitivo en los niños. Esto se traduce en aproximadamente 8
millones de niños filipinos marcados por un futuro incierto.