Johanesburgo, SUDÁFRICA (Agencia Fides, 21/02/2018) - “Estamos en un momento de la historia de
nuestra nación en el que las personas, a través de su firme decisión,
han comenzado a cambiar el rumbo del país”, afirmó el recién elegido
Presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, en su discurso sobre el Estado
de la Unión en el Parlamento.
Es la primera vez desde 1994 que un Presidente ha estimado oportuno
hablar de “cambiar la dirección del país”. "En los discursos anteriores
sobre el Estado de la Unión siempre se ha asegurado que nos estábamos
moviendo en la dirección correcta, incluso si no era de forma
suficientemente rápida y con numerosos obstáculos y oposición. Al hablar
de “cambio de dirección” se habla de forma bastante explícita sobre
“los cimientos”", indica la Oficina de Enlace Parlamentario de la SACBC
(Conferencia del África Meridional Episcopal).
El nombramiento de Cyril Ramaphosa para reemplazar a Jacob Zuma está
despertando una gran esperanza en Sudáfrica, después de que la anterior
presidencia hubiera estado marcada por escándalos, nepotismo, corrupción
y una severa crisis económica. De acuerdo con la Oficina Parlamentaria
de la SACBC, es importante que Ramaphosa reconozca que el punto de
inflexión ha estado marcado por la gente y no por el liderazgo político.
“Fue la resistencia de nuestro pueblo la que lo ha conseguido expresada
de mil maneras distintas, con las protestas callejeras, programas de
entrevistas de radio, periodismo de investigación, denuncias judiciales o
cambios electorales”, destaca.
“Apreciamos especialmente el énfasis que ha puesto el Presidente en la
unidad nacional, en la necesidad de un liderazgo ético y en la igualdad
total de todos los ciudadanos”, dicen los obispos en una declaración
firmada por monseñor William Slattery, Arzobispo de Pretoria y portavoz
de SACBC, que señala que “la intención de reducir la pobreza y el
desempleo juvenil para mejorar el acceso a la educación de los niños
pobres y el esfuerzo por aumentar el empleo seguramente darán esperanza a
todos los sudafricanos”. “La elaboración de un plan nacional generoso
es solo el primer paso”, asegura el arzobispo Slattery. “Ahora estamos
todos expectantes por ver cómo será puesto en práctica. Pero al menos,
tenemos un punto de referencia con el que podemos evaluar el progreso
nacional. El primer paso para hacer realidad nuestras esperanzas se hará
visible con el nombramiento de los ministros del gobierno y con el
discurso presupuestario del próximo viernes. Esperamos
que pueda tener financiación para el próximo año la educación
terciaria”. “Acogemos de buen grado el discurso sobre el Estado de la
Unión. Sin embargo, todo depende mucho de la unidad de las familias
estables que están en la base de la sociedad. Si no podemos disfrutar de
confianza dentro de nuestras familias, ¿en dónde más podremos
encontrarla?”, concluye el Arzobispo de Pretoria.