Mogadiscio, SOMALIA (Agencia Fides, 28/02/2018) – Hay una pequeña comunidad de cristianos
somalíes que vive en Mogadiscio. Son 30 personas y todas son ancianas.
Viven ocultas por miedo a las represalias de los fundamentalistas
islámicos. Pero, aunque en secreto, conservan su fe como el regalo más
precioso que se les ha hecho. Stefano Tollu, capellán militar del
contingente italiano de Eutm Somalia, -la misión de formación y
adiestramiento financiada por la Unión Europea-, logró ponerse en
contacto con uno de ellos. Mantuvieron un encuentro que fue corto para
no despertar sospechas y no llamar demasiado la atención. Sin embargo,
pese a ser rápida, fue una reunión muy intensa, cargada de significado
humano y espiritual. “Tuve la oportunidad de conocer a Moisés (nombre
ficticio)”, cuenta a la Agencia Fides el padre Tollu, misionero
salesiano y ahora sacerdote incardinado en la diócesis de Faenza, en el
Ordinariato Militar de Italia. “Es un cristiano que creció en la
realidad del
Protectorado italiano y luego en la Somalia independiente pero todavía
muy próxima a nuestro país. Muchos lo consideran el portavoz de los
católicos somalíes. Él asegura que su comunidad está en vías de
extinción”.
En Somalia convivieron durante siglos una versión muy tolerante del
Islam sufí con otras religiones. Sin embargo, desde hace unos veinte
años, se ha afianzado una versión intolerante de la fe coránica. Al
Qaeda y su filial local Al-Shabaab son una amenaza continua para los
musulmanes no fundamentalistas y para los cristianos. En los últimos
meses, el Estado Islámico también ha recalado en el país, en la zona de
Puntlandia. Sin embargo, el peligro acecha incluso dentro de las propias
familias cristianas. El padre Tollu relata que Moisés le explicó que
“los nacidos en los años 90 se han vuelto intolerantes y no comprenden a
los mayores que profesan el cristianismo. Por eso los ancianos huyen,
se alejan de sus hijos y nietos”. Moisés mostró al sacerdote italiano
una lista de cristianos que murieron recientemente, algunos por causas
naturales y otros por causas violentas. “Le prometí que los recordaría
en la Santa Misa”, asegura el capellán, recordando que,
según le dijo el cristiano somalí, “algunos han sido asesinados por los
hijos de sus hijos”.
“La violencia está en las mismas casas y nosotros, que somos pocos,
arriesgamos nuestras vidas todos los días”, le explicó Moisés. Los pocos
fieles católicos somalíes tampoco pueden recibir asistencia espiritual:
“En este momento -concluye el padre Tollu- no hay condiciones de
seguridad para que un sacerdote pueda llevar a cabo su servicio pastoral
en Mogadiscio. Espero que en el futuro, una vez que el país haya sido
liberado de la amenaza terrorista, sea posible crear las condiciones
necesarias para que haya una presencia cristiana en la ciudad y que, a
partir de ello, puedan surgir relaciones cordiales con los hermanos de
la fe musulmana. Les prometí rezar por ellos durante la misa. Estamos
unidos en la oración diaria, somos hermanos en Cristo, a pesar de que
hoy se vean obligados a ocultar su fe”.