Kizljar, RUSIA (Agencia Fides, 19/02/2018) – El ataque de marca yihadista que golpeó ayer,
domingo 18 de febrero, a los fieles a la salida de la misa frente a la
catedral de San Jorge en Kizljar, en la República de Daguestán, según el
Patriarca de Moscú Kirill representa un “crimen monstruoso”, perpetrado
al comienzo de la Cuaresma como una provocación dirigida a “crear
discordia entre los ortodoxos y los musulmanes, que han vivido en paz en
el Cáucaso durante siglos”. Así lo ha referido el portavoz oficial del
Patriarcado, agregando que la masacre ha causado un profundo dolor en
toda la Iglesia Ortodoxa Rusa, y solicitando que se realicen
investigaciones en profundidad para hacer que emerja quienes son los
posibles instigadores y todas las complicidades de esta acción criminal.
El autor de la masacre, reivindicada por la red del Estado Islámico
(Daesh), es un joven habitante de Kizljar que abrió fuego con una
escopeta contra sus conciudadanos que salían de la misa del domingo,
causando la muerte de cinco mujeres (una de las cuales murió en el
hospital) antes de ser asesinado a su vez por las fuerzas de seguridad.
La reivindicación del ataque, difundida por Daesh, presenta al
terrorista como “Khalil Daghestani, soldado del Islam”. Según los
testimonios de los presentes, - entre ellos el padre Pavel, párroco de
la iglesia de San Jorge -, el terrorista perpetró la masacre al grito de
“Allah Akbar”.
En el pasado, según lo referido por la Agencia Fides, el Patriarca Kirill había declarado que “la guerra al
terrorismo es la guerra santa de hoy”, para subrayar al necesidad de una
movilización común de la comunidad internacional contra un fenómeno
presentado por él como un mal global.
Más recientemente, en una entrevista televisiva, el mismo Primado de la iglesia
ortodoxa rusa afirmo que la intervención militar de Rusia en el
conflicto sirio ha impedido el “genocidio” de los cristianos en ese
País.