Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 24/02/2018) - “Para la Iglesia católica en la República
Democrática del Congo, el reto de promover la no violencia activa, el
diálogo respetuoso y la coexistencia pacífica se remonta a antes de que
el país obtuviera su independencia hasta llegar a nuestros días”, dice
su Exc. Mons. Marcel Utembi Tapa, Arzobispo de Kisangani y Presidente de
la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) en su mensaje,
recibido en la Agencia Fides con motivo del Día de Oración por la Paz en
el Mundo y en particular en la República Democrática del Congo y Sudán
del Sur, que se celebró ayer, 23 de febrero.
“Nuestro país ha experimentado muchos tipos de violencia a través de
guerras convocadas con todo tipo de nombres: guerra de independencia,
guerra de liberación, guerra por los recursos naturales, guerra de
ocupación, guerras de represalias, etc. Esta situación ha causado muchas
víctimas, se calcula que son millones”, recuerda Monseñor Utembi Tapa,
subrayando que esta pesada carga representa un gran desafío para la
Iglesia. “Frente a este tipo de situación, no es fácil promover la no
violencia activa, el diálogo respetuoso; no es fácil esperar vivir en
paz. En este contexto es en el que la Iglesia en la República
Democrática del Congo intenta cumplir su papel profético por un pueblo
que aspira a la justicia, la paz, el bienestar, la reconciliación y el
estado de derecho”.
Para llevar a cabo la tarea profética de la Iglesia, la CENCO ha
desarrollado una estrategia que incluye un compromiso con la educación
para la enseñanza social y la educación cívica de la Iglesia y la
promoción del diálogo para superar la crisis política resultante de la
imposibilidad de celebrar elecciones políticas y elecciones
presidenciales en diciembre de 2016 y con la consiguiente extensión del
mandato del presidente Josesph Kabila.
“El primer diálogo se organizó y finalizó con un acuerdo político
firmado el 18 de octubre de 2016”, recuerda Mons. Utembi Tapa.
Lamentablemente, este acuerdo no salió adelante por falta de
inclusividad, ya que algunos actores políticos y sociales no
participaron en el diálogo. Por lo tanto, se organizó un segundo diálogo
bajo la mediación de la CENCO. El resultado fue el acuerdo político
global e inclusivo del Centro Interdiocesano, firmado el 31 de diciembre
de 2016”.
Los conflictos en la República Democrática del Congo están estrechamente
relacionados con la explotación de sus enormes recursos naturales
(coltán, cobre, cobalto, petróleo, madera y otros). Esta es la razón por
la que la CENCO, además de la Comisión Episcopal para la Justicia y la
Paz (CEJP), ha establecido una Comisión Episcopal de Recursos Naturales
(CERN) para controlar la explotación de los recursos naturales y
monitorear a las empresas que operan en el sector en respeto de los
derechos humanos. “Junto con otros organismos de la sociedad civil, la
CENCO denuncia la injusticia que impide al pueblo congoleño consolidar
su economía”, enfatiza su presidente.
La Iglesia promueve la cultura del perdón y la reconciliación y la no
violencia activa. “Las comisiones diocesanas Justicia y Paz, con la
participación directa de los pastores, trabajan permanentemente para
reconciliar los corazones, las personas y las comunidades en conflicto.
El perdón de los criminales de parte de sus víctimas existe y se
practica en algunas zonas. Además, la prevención de conflictos entre las
comunidades es parte de la formación que se imparte a los jóvenes”,
afirma Monseñor Utembi Tapa.
Por último, los obispos apoyan formas de no violencia activa, como las
marchas promovidas por los laicos católicos para exigir el pleno
cumplimiento de los acuerdos del 31 de diciembre de 2016, que por
desgracia han sido reprimidas por la fuerza y con violencia por las
autoridades.