Bogotá, COLOMBIA (Agencia Fides, 15/02/2018) - “Lo esencial es el Evangelio y la unidad con el
clero, los religiosos, los seminaristas y los laicos. Queremos hacer de
la Iglesia de Istmina-Tadó sea una comunidad acogedora que sienta y
viva la misión”: estas son los objetivos expresados por don Mario de
Jesús Álvarez Gómez, Director Nacional de las Obras Misionales
Pontificias en Colombia, nombrado por el Papa Francisco Obispo de
Istmina-Tadó. “recibo esta llamada y me encomiendo a las oraciones de
todos”, ha dicho don Mario en la reciente asamblea plenaria del
episcopado. El nuevo Obispo nació en Palmitas, provincia de Medellín,
diócesis de Santa Rosa de Osos, el 19 de octubre de 1959, y fue ordenado
sacerdote en 1985. Según la información de la Agencia Fides, en los
días de la asamblea de los Obispos ha podido dialogar con su predecesor,
transferido a la diócesis de Garagoa, y con el actual administrador
apostólico, el arzobispo de Santa Fe de Antioquía. Los desafíos y
esperanzas son los de "una diócesis extensa, con un buen número de
sacerdotes y comunidades religiosas, un seminario y una población con
gran espíritu de fe”, ha explicado don Mario, quien ha indicado que la
“ansia de paz” es el deseo más querido por el pueblo. El nuevo Obispo
apunta sobre todo a “llenar la necesidad que las personas tienen de Dios
y luego trabajar en promoción humana, según el Evangelio”.
En particular, ha indicado la presencia de muchas comunidades “que ni
siquiera tienen los elementos fundamentales para vivir con cierta
dignidad”. La familia de las Obras Misionales Pontificias en Colombia ha
recibido la noticia de su nombramiento con “sana alegría y con gran
euforia”, ha dicho Álvarez. La celebración de la ordenación episcopal y
la toma de posesión tendrá lugar el 2 de marzo en la Catedral de
Istmina. La diócesis de Istmina-Tadó tiene un extensión de 22.240 Km2,
donde viven 225.200 personas, de las cuales 210.200 son católicas.
Cuenta con 80 sacerdotes y 3 diáconos permanentes, y está dividida en 63
parroquias.