San Salvador, EL SALVADOR (Agencia Fides, 04/04/2018) – “Quien se entregue por el amor de Cristo
al servicio de los pobres vivirá, como el grano de trigo que muere, pero
que muere solo en apariencia”: así lo ha dicho el obispo William
Ernesto Iraheta Rivera, según la información de la Agencia Fides,
durante el funeral del padre Walter Osmin Vásquez, sacerdote asesinado
mientras se dirigía a una aldea para celebrar la misa en Coena Domini
del Jueves Santo. El Obispo Iraheta Rivera ha querido citar las palabras
de una homilía realizada por el Arzobispo Oscar Arnulfo Romero, quien
pronto será proclamado santo. De hecho, el sacerdote fue asesinado el 29
de marzo, pocos días después del aniversario del martirio del arzobispo
Romero.
El p. Walter Osmin Vásquez, de 36 años, sacerdote de la diócesis de
Santiago de María, era vicario parroquial de Usulután. El Jueves Santo,
el Padre Walter “había asistido a la misa crismal en Santiago de María
durante la mañana y había renovado sus votos sacerdotales, él fue
asesinado en el día dedicado a los sacerdotes”, se lee en el comunicado
enviado a la Agencia Fides, firmado por el Arzobispo de San Salvador,
Mons. José Luis Escobar Alas, que agrega: “Es necesario conocer la
verdad, pedimos justicia para que estos hechos no se vuelvan a repetir”.
Las comunidades católicas de todo el país, por devoción o compromiso con
la justicia, han querido unir ambos acontecimientos, tanto por las
fechas como por el lugar: de hecho, antes de convertirse en arzobispo de
San Salvador, Monseñor Romero, entre 1974 y 1977 fue obispo en Santiago
de María, diócesis del padre Walter Osmin Vásquez. Está diócesis es una
de las más pobres de la zona montañosa del país, donde el arzobispo
mártir contaba que se "tropezó" literalmente en la miseria, viviendo una
experiencia que le marcó profundamente por el resto de su vida. Según
los testimonios recibidos en Fides, el ejemplo de Romero sigue
inspirando y dando frutos en los nuevos testigos de la fe del Salvador.