Caracas, VENEZUELA (Agencia Fides, 24/04/2018) - La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV)
ayer publicó una declaración “ante la crisis política y humanitaria” que
vive el país desde hace meses afirmando que “ante problemas humanos de
tal magnitud, se deslegitima la realización de las elecciones
presidenciales, convocadas para el próximo 20 de mayo” y consideran
“urgente su postergación para el último trimestre del año”.
Los obispos señalan en el comunicado recibido en la Agencia Fides, que
desde el pasado mes de enero, la “hiperinflación ha acrecentado el
empobrecimiento general de la población, con la descomposición de la
calidad de vida de todos. La carencia generalizada de los servicios
públicos en todo el país hace más difícil la vida”. Y todo esto, añaden
los prelados, “ante la sorprendente indiferencia de los responsables
gubernamentales de estas áreas para solventar estos problemas”. “A ello
se suma el aumento de la insalubridad por la aparición incontrolable de
epidemias y de enfermedades en las poblaciones más vulnerables”, se lee
en el texto de la CEV que recuerda la falta de medicinas que sufre el
país. Los obispos también señalan el problema de “la emigración que está
tomando cada día mayores proporciones. Afecta a todos los niveles
sociales y se realiza en condiciones cada vez más precarias”.
Por todos estos motivos los obispos hacen un llamamiento apremiante “a
los gobernantes y responsables de la nación a tomar conciencia de su
responsabilidad en todos estos males, a escuchar al pueblo y a abocarse
sin más dilación... para facilitar la búsqueda de soluciones políticas
que detengan estos males antes de que alcancen proporciones
incontrolables y cotas dolorosas de destrucción y muerte”.
La CEV recuerda también a todos los venezolanos, la necesidad de “tomar
conciencia que está en juego en estos momentos no solamente la
realización de un evento comicial más o la merma transitoria de la
calidad de vida de un pueblo, sino su misma existencia como nación
libre, fraterna y democrática”. Por último los prelados recuerdan que
“con la fuerza de la fe y el empuje de la esperanza, es posible asumir
valientes y decididas actitudes de solidaridad y darle un rumbo distinto
a esta historia de muerte”.