'Djamena, CHAD (Agencia Fides, 26/04/2018) - “Necesitamos un referéndum para cambiar la
constitución”. Es lo que aseguran los obispos de Chad en un comunicado
recogido por la Agencia Fides y publicado al final de su Asamblea
Plenaria.
El 30 de abril, la Asamblea Nacional de Chad tendrá que votar sobre la
aprobación del Proyecto de Reforma de la Constitución, boicoteado por la
oposición, que fue aprobado por el Consejo de Ministros el 10 de abril.
Entre los puntos que han suscitado mayor controversia está la extensión
del mandato presidencial de 5 a 6 años y la ampliación de los poderes
del Jefe de Estado. La oposición afirma que la nueva Constitución sirve
sobre todo para hacer que el poder del presidente Idriss Déby Itno sea
perpetuo. Este último, por su parte, sostiene que la creación de una
“Cuarta República” permitirá que se aborden mejor los problemas del
país.
Los obispos expresan “su preocupación por la forma en que se está
llevando a cabo el proceso de creación de la Cuarta República del Chad.
Un proceso que, como muchos temen, corre el riesgo de distorsionar
gravemente las reglas del juego democrático, porque lleva dentro el
germen de la división entre los ciudadanos”. La Conferencia Episcopal de
Chad concuerda con quienes afirman que la implantación de la “Cuarta
República” no ha sido debatida entre los ciudadanos: “Además de las
diferencias en la clase política, notamos que una gran parte de la
población ignora todo lo que está sucediendo. Un cambio fundamental de
esta naturaleza debe hacerse en conformidad con la Constitución que en
el art. 224 dispone que la “revisión de la Constitución debe ser
aprobada por referéndum”.
Los obispos se oponen a la práctica de la Diya, la reparación de los
crímenes de sangre prevista por la Sharia, porque “compromete la paz
social y los esfuerzos realizados para restablecer el estado de derecho y
arruina la economía de las comunidades”. “Por esta razón, -indican los
obispos-, pedimos a las autoridades competentes que la práctica no se
imponga encomunidades donde no es parte de la tradición y que en las
comunidades que la practican, su aplicación esté estrictamente
regulada”. Los obispos piden el fortalecimiento del sistema de justicia
estatal y la abolición de los acuerdos intercomunitarios para la
aplicación del Diya “porque ha causado tensiones entre las diferentes
comunidades”. “Trabajad por la paz sin olvidar a la población”,
concluyen al dirigirse a los líderes políticos, administrativos,
sociales y religiosos del país.