CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 15 de abril de 2018).- Carta que el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, ha
enviado - en nombre del Santo Padre FRANCISCO - al Presidente del
Instituto de Estudios Superiores G. Toniolo, S. E. Mons. Mario Delpini, Arzobispo de Milán, con motivo de al 94 ° Jornada Nacional de la
Universidad Católica del Sagrado Corazón, que se celebra hoy y cuyo tema
es: Herederos e innovadores. Los jóvenes protagonistas de la historia.
Carta del Cardenal Secretario de Estado
Del Vaticano, 5 de abril de 2018 Excelencia Reverendísima:
Este año se caracteriza por una renovada atención de toda la Iglesia
hacia los jóvenes, que estarán en el centro de los trabajos del próximo
Sínodo de Obispos. En este contexto, la 94º Jornada Nacional de la
Universidad Católica del Sagrado Corazón, que se celebra el domingo, 15
de abril es una preciosa oportunidad para confirmar y reforzar el
compromiso activo de la comunidad eclesial al servicio de las nuevas
generaciones y, en particular, de ofrecerles una formación humana,
cultural y profesional calificada, inspirada cristianamente. Para
comprender los problemas que atañen hoy a la condición de los jóvenes,
son extremadamente útiles los análisis realizados por el Instituto
Toniolo en colaboración con la Universidad. Esos análisis muestran que, a
pesar de las persistentes dificultades, las nuevas generaciones no se
resignan a las condiciones de un sistema económico que retrasa su
entrada en el mundo del trabajo, no se dan por vencidos frente a la
condición de precariedad que disuelve las expectativas de una vida
plenamente realizados también de cara a la formación de una familia y de
una participación activa en la vida social, no renuncian a sus deseos
de bien, justicia y de paz para todos.
El tema de la Jornada, "Herederos e innovadores. Los jóvenes protagonistas de la historia",
capta de manera efectiva la polaridad sobre la que debe desarrollarse
el acompañamiento de los jóvenes a menudo perdidos y desorientado, a
pesar de estar siempre conectados y capaz de relacionarse con todos. Es
paradójico que mientras están inmersos en un vórtice de comunicación y a
través de las redes sociales puedan sentirse ciudadanos del mundo,
experimenten, sin embargo, una profunda insatisfacción y soledad.
Mientras se conectan con todo y con todos, parecen carecer de la
capacidad de colocarse con plena conciencia en el curso de la historia y
de mirar hacia adelante y con confianza en el futuro. Si la tarea de
guiar y formar ha caracterizado siempre la misión de la universidad,
ahora parece aún más necesario que las instituciones académicas y
culturales sean capaces de ofrecer a los jóvenes las herramientas para
vivir la historia atesorando el enorme patrimonio de conocimientos y de
sabiduría heredados del pasado. Solo a partir de esta herencia se puede
construir el futuro de la humanidad de una forma verdaderamente
innovadora, valorizando el progreso de la ciencia y la tecnología dentro
de una visión integral de la persona humana hecha a imagen y semejanza
de Dios.
La misión de la Universidad Católica del Sagrado Corazón se presenta,
por lo tanto, más actual que nunca para sostener el impulso y las
capacidades innovadoras de los jóvenes. Es una tarea difícil que sólo
puede lograrse mediante el desarrollo de la herencia humanista y
espiritual que se mueve en el surco antiguo y siempre nuevo de la
sabiduría cristiana, con sus cuatro pilares: la búsqueda apasionada de
la verdad, la maravilla y la contemplación frente a la belleza, el deseo
sincero de construir el bien de cada uno y de todos en el diálogo y la
aceptación, el esfuerzo constante de hacer que la casa común sea cada
vez más armoniosa, solidaria y pacífica. Necesitamos personalidades
valientes y emprendedoras como los fundadores de este prestigioso
Ateneo, capaces de grandes sueños y audaces visiones. Hace exactamente
cien años que el beato Giuseppe Toniolo, cerca del final de su vida
terrena, confiaba al padre Agostino Gemelli, a Armida Barelli, a
Lodovico Necchi y a Mons. Francesco Olgiati la realización de un
proyecto cultivado desde hacía largo tiempo: crear un ateneo católico.
Esa ardiente antorcha, confiada a personas a las que muchos consideraban
soñadores, continúa ardiendo hoy más que nunca, continúa inflamando
corazones e iluminando las mentes de muchos jóvenes.
El Santo Padre, que lleva en su corazón a los jóvenes y sus sueños,
se siente agradecido por el valioso servicio que el Ateneo de los
católicos italianos, guiados y apoyados por el Corazón de Cristo, sigue
ofreciendo con competencia y visión de futuro a las nuevas generaciones
para una formación cultural plenamente humana y auténticamente
cristiana. Mientras asegura su cercanía y su apoyo paternal, el Papa
FRANCISCO pide que le recuerden en la oración. A Su Excelencia, al
Rector Magnífico, al Asistente Eclesiástico General, a los miembros del
Instituto Toniolo, a los ilustres profesores, al personal
técnico-administrativo y a todos los estudiantes, imparte de todo
corazón una bendición especial.
Aprovecho la ocasión para confirmar mi estima y mis mejores deseos a Su Excelencia Reverendísima.
Cardenal Parolin, Secretario de Estado