Quito, ECUADOR (Agencia Fides, 16/04/2018) - “En este momento de dolor y honda preocupación,
nos unimos en una profunda y sentida oración por el eterno descanso
nuestros hermanos Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra,
secuestrados y vilmente asesinados, a la vez que expresamos nuestra
cercanía y solidaridad a sus familiares por tan irreparables pérdidas
humanas, como también a todos los comunicadores que arriesgan su vida
por darnos a conocer la verdad de los hechos”. Así comienza el
comunicado de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana lanzado este viernes
13 de abril, después de que el presidente de Ecuador, Lenín Moreno,
confirmase la muerte del equipo periodístico de «El Comercio».
Los dos periodistas junto con el conductor fueron secuestrados el pasado
26 de marzo por disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC), tras cruzar un retén militar en la provincia de
Esmeraldas, al norte de Ecuador, en la frontera con el sur de Colombia.
Las Farc, habían firmado un acuerdo de paz con el Gobierno de Bogotá en
el 2016.
En su declaración recibida en la Agencia Fides, los prelados lanzan un
llamamiento a los gobiernos de Ecuador y Colombia para que trabajen en
la creación y consolidación de “condiciones de vida más dignas,
fraternas y justas, particularmente en la zona fronteriza, desarrollando
fuentes de trabajo y políticas de bienestar social, como también
reforzando los sistemas de seguridad”. Además exhortan a los grupos
políticos y sociales armados “a deponer el uso de la fuerza para superar
las injusticias y a unirse a las iniciativas de diálogo y respeto para
construir una auténtica democracia, libre de toda forma de corrupción y
violencia” y a todos aquellos que se enriquecen utilizando medios
inhumanos e ilícitos como el terrorismo, el secuestro, el chantaje y el
asesinato, a “no someterse a intereses económicos involucrados en la
trata de personas y en la producción y tráfico de armas y de substancias
tóxicas-adictivas”.
En su mensaje los obispos ratifican su “firme compromiso de seguir
trabajando, por una sociedad más pacífica, justa y solidaria”, porque
son conscientes de las situaciones que atraviesa el país, “como la
debilidad de la institucionalidad, la crisis económica y la corrupción”,
que han generado inquietud y desconcierto entre la población: por tanto
los obispos se sienten llamados “a caminar a su lado alentando su fe y
esperanza”. “Somos conscientes de las crisis sociales, políticas y
legales que afectan y desestabilizan a las familias cristianas”,
prosiguen los prelados en su mensaje afirmando que como respuesta a
estas situaciones en los próximos dos años desarrollarán la “Misión
Familia". Por último piden a Jesucristo “que nos acompañe en este
difícil camino de la paz, pero tan necesario para el desarrollo integral
de todas las personas y pueblos”.