Beirut, LÍBANO (Agencia Fides, 11/06/2018) - El llamado “decreto de naturalización”, con el
que el presidente del Líbano quiere otorgar la ciudadanía libanesa a 375
extranjeros, debe ser retirado ya que entre sus potenciales
beneficiarios hay algunos nombres “sospechosos” que no garantizan el
honor que conlleva la nacionalidad libanesa. Así lo afirma el patriarca
maronita Bechara Boutros Rai, interviniendo de esta forma de manera
decisiva en la polémica que sacude el país de los cedros con motivo de
este “decreto de naturalización” por el que 375 ciudadanos de origen
sirio, palestino e iraquí, en gran medida de estratos acomodados,
obtendrían la nacionalidad. Entre ellos, habría 260 cristianos y 115
musulmanes.
A alimentar la controversia están contribuyendo las informaciones que
apuntan a una investigación que los servicios de seguridad estarían
haciendo sobre algunas personas de la lista muy cercanas al régimen
sirio de Bashar al Assad. Las fuentes locales, contactadas por la
Agencia Fides, hablan de informaciones provenientes de círculos
políticos de Beirut que dejarían traslucir que la concesión de la
nacionalidad libanesa a tales personalidades cercanas al gobierno sirio
podría ser una estrategia para evadir el embargo económico y comercial
internacional que penaliza a Siria.
El patriarca Bechara Boutros Rai había expresado sus objeciones al
decreto de naturalización también en la homilía de la Misa celebrada el
domingo 10 de junio, al término del Sínodo anual de los obispos
maronitas. En esa ocasión, el Primado de la Iglesia Maronita señaló,
entre otras cosas, que el decreto de naturalización es inconstitucional,
ya que viola el preámbulo de la Constitución libanesa, que niega la
concesión de la ciudadanía libanesa a “extranjeros sin ascendencia
libanesa”. El patriarca maronita también volvió expresar sus críticas a
la comunidad internacional por la falta de apoyo para el regreso de los
refugiados sirios en su país.