Bangui, REPÚBLICA CENTROAFRICANA (Agencia Fides, 04/06/2018) - “Cuando un centroafricano vuelve a casa después
de pasar unos años en el extranjero se da cuenta de la situación tan
anómala y precaria por la que está pasando el país. Desde 2013 hasta
ahora, se han puesto en marcha muchas resoluciones con respecto a la
crisis de Centroáfrica pero la realidad no cambia”, asegura a Fides el
padre Francis Davy Barka-Nado, Superior de la Sociedad de Misiones
Africanas de RCA desde 2017.
“La noticia de incidentes y masacres cometidas por grupos rebeldes
contra la población civil no refleja la realidad sobre el terreno. Lo
que se dice, transmite y difunde por medios internacionales, se
instrumentaliza. Cuando hay una tragedia en una ciudad o un pueblo, los
supervivientes saben quién hizo qué y saben el número de víctimas. Pero
ellos mismos también son víctimas y no tienen acceso a los medios
internacionales para expresarse. A menudo sucede que los perpetradores
se presentan como víctimas”, explicó el padre Francis.
“El sufrimiento de la población de República Centroafricana es muy
superior a lo que se difunde o se ve en la televisión en Occidente. La
muerte se ha convertido en algo cotidiano. La morgue del Hospital
General de Bangui y el hospital de la comunidad ya no son suficientes
para dar cabida a los cadáveres. El negocio de los ataúdes, que es un
tabú cultural, se está convirtiendo en el más rentable del momento”.
“Nuestra gente no entiende por qué los medios de comunicación
internacionales están haciendo todo lo posible por difundir que lo que
está sucediendo en RCA es una guerra religiosa entre musulmanes y
cristianos”, lamenta el sacerdote. “Tras los últimos ataques que se
cobraron la vida de muchos fieles durante una celebración religiosa, la
Plataforma de líderes religiosos de África Central convocó un encuentro
en el estadio de Bangui el viernes 25 de mayo (ver Fides 28/5/2018) .
Justo ese día, - añade el padre Francis -, curiosamente, no hubo eco de
las declaraciones de los padres espirituales de la plataforma en ninguno
de los medios de comunicación internacionales”
El religioso observa: “La declaración de los líderes de la plataforma de
las confesiones religiosas de la RCA expresa el gran sufrimiento
injustificado impuesto a toda la nación, secuestrada por rebeldes,
mercenarios extranjeros, con la complicidad de algunos países vecinos
que anhelan y explotan ilegalmente las riquezas del subsuelo con la
legitimidad de algunos países occidentales que proporcionan armas a los
saqueadores. La llegada del ejército ruso al país fue aclamada por la
población como un alivio contra las atrocidades, a pesar de la presencia
de las fuerzas de las Naciones Unidas sobre el terreno, aunque si bien
ha repuntado la violencia y las amenazas en varias ciudades del país. La
entrada triunfal de los grupos rebeldes en la ciudad de Bambari durante
el mes de mayo de 2018 es solo un ejemplo. La ansiedad por la
incertidumbre, las psicosis de guerra y los ataques planeados contra la
población inerme nos provocan gran preocupación. Las escuelas y la
administración están experimentando un estado de incertidumbre general.
Las armas de guerra siguen entrando al país. Estamos rodeados de caos.
No hay ninguna guerra religiosa. Existe más bien una instrumentalización
de la religión. Parece como si hubiera un proyecto de despoblación
planificado en algunas partes del país. Infraestructuras, aldeas y vidas
humanas están siendo destruidas; se terminó con la vida de familias
enteras por razón de su etnia, su raza o su religión. Se puede decir que
actualmente en la RCA existe una forma atípica de genocidio”, concluye.