El Cairo, EGIPTO (Agencia Fides, 01/08/2019) - Los monasterios coptos vuelven a abrir las
puertas a los jóvenes que piden ser monjes después de que el Comité para
la vida monástica de la Iglesia ortodoxa copta suspendiera hace un año
la admisión de novicios a las comunidades monásticas. La medida drástica
fue parte del paquete de 12 reglas fijadas por la Iglesia copta tras el
asesinato de Anba Epiphanios (en la foto), el obispo abad del
monasterio de San Macario, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida dentro
del monasterio el domingo 29 de julio de 2018. Por ese homicidio, la
justicia egipcia ha juzgado y sentenciado a dos monjes del monasterio,
decretando para ellos la pena de muerte.
El brutal crimen de San Macario fue un trauma por toda la Iglesia copta,
especialmente dentro de las florecientes comunidades monásticas. La
trágica historia aceleró el proceso de discernimiento sobre la vida
monástica que ya comenzó hace mucho tiempo dentro de la Iglesia Ortodoxa
Copta.
Unos días después del asesinato de Anba Epiphanios, el Comité para los
monasterios del Santo Sínodo Ortodoxo Copto estableció 12 reglas,
ratificadas por el Patriarca Tawadros II, dirigidas a todos los que
viven la condición monástica en la Iglesia Ortodoxa Copta. En el paquete
de nuevas medidas, el Papa Tawadros ratificó la orden de suspender por
un año la aceptación de nuevos candidatos para la vida monástica, y la
de regular de manera más rigurosa los tiempos de acceso de los
visitantes y peregrinos a los monasterios. A los monjes y monjas coptos
también se les pidió que cerraran sus cuentas personales y cualquier
blog en redes sociales. Entre las 12 medidas disciplinarias también
estaba la prohibición de que monjes y monjas reciban donaciones de los
fieles, del abad o la abadesa del monasterio. En los meses siguientes,
todos los monasterios fueron visitados por delegados patriarcales,
encargados de supervisar el estado de cada comunidad monástica
individual desde
un punto de vista espiritual, administrativo y financiero.
El levantamiento de la suspensión a la admisión de nuevos aspirantes a
la vida monástica se percibe como una señal positiva. La Iglesia copta
mira hacia el futuro confiando en la gracia que opera en los corazones y
puede despertar vocaciones auténticas a la vida monástica. Los
aspirantes a monjes, de acuerdo con las normas vigentes en la Iglesia
Ortodoxa Copta, deben tener al menos 23 años de edad y estar libres de
enfermedades crónicas o enfermedades mentales que los hagan inadecuados
para la vida monástica y comunitaria.