Mbabane, ESWANTINI (Agencia Fides, 17/06/2020) – “Anunciando este momento especial de gracia
para nuestra diócesis, nunca habría pensado que tendríamos que afrontar
meses de bloqueo total o parcial. Habíamos programado eventos especiales
pensando que todo sería como siempre. Pero no ha sido así y no podemos
hablar del futuro por ahora” afirma Su Exc. Mons. José Luis Ponce de
León IMC, Obispo de Manzini (Eswatini, ex Swaziland), en la Carta
Pastoral dedicada a la crisis del COVID-19.
El evento al que se refiere el obispo es el Año Misionero Extraordinario
(EMY), lanzado en octubre de 2019 y que se clausurará en octubre de
2020, cuya celebración ha sido suspendida
durante los meses de bloqueo impuestos para detener la pandemia.
“Es el contexto el que ha cambiado, no nuestra llamada. Seguimos
"bautizados y enviados” - afirma Mons. Ponce de León recordando el lema
del Mes Misionero Extraordinario Mundial (octubre de 2019) -. El EMY no
se ha tomado una pausa ‘hasta que volvamos a la normalidad’. Porque
puede que no haya un retorno a la normalidad en el futuro y, por lo
tanto, seremos llamados a ser misioneros de nuevas maneras”, subraya el
Obispo de Manzini.
Mons. Ponce de León también señala que “nuestra diócesis reaccionó
rápidamente a la nueva situación: en cuanto el virus golpeó al mundo,
comenzamos nuestra oración diaria. Desde el principio las Santas Misas
están disponibles en nuestro canal diocesano de YouTube, acompañadas de
podcasts diarios de reflexión y oración”.
Mons. Ponce de León elogia las iniciativas de solidaridad lanzadas en su
diócesis: “Se han distribuido mascarillas protectoras a las parroquias y
se han organizado proyectos para apoyar a los más pobres. Nuestras
parroquias también han buscado maneras de estar cerca de todos a través
de la adoración del Santísimo Sacramento, escribiendo sus nombres en los
bancos de la iglesia, grupos de WhatsApp, distribuyendo comida a los
pobres".
El obispo subraya que cada pequeño gesto (como el de usar una
mascarilla) es un gesto de amor por los demás: “También mostramos
nuestro cristianismo al cuidarnos unos a otros en las cosas más simples,
como mantener la distancia social, usar mascarillas, lávese las manos,
tener cuidado con lo que compartimos en las redes sociales ... ¡Cada
pequeño acto de amor cuenta!”.
Sin embargo, la crisis causada por el Coronavirus ha acentuado las
desigualdades sociales: “Nos dicen ‘lávate las manos’, pero ¿qué hacemos
cuando no hay agua?” subraya Mons. Ponce de León. “Los mismos lemas
dados para protegernos han revelado la debilidad de nuestro tejido
personal y social; ¿Qué pasa con los trabajadores independientes, que
venden en la calle cuyo único ingreso es lo que obtienen día a día para
mantener a sus familias...?” se pregunta Mons. Ponce de León.
El obispo de Manzini concluye invitando a la esperanza cristiana: “la
promesa del Señor de estar con nosotros y el don de su Espíritu nunca
falla. No vivimos en el presente esperando volver al pasado. Miramos al
presente y al futuro y, con la misma fe, esperanza, amor y entusiasmo,
buscamos nuevas respuestas a los nuevos desafíos. Somos nosotros
quienes, una vez más, después de haber sido bautizados, somos enviados
por Jesús. Que Dios nos bendiga y María, nuestra Madre, nos proteja”.