El
Santo Padre pronunció un discurso improvisado en el que reiteró que el
cuidado del ambiente significaba, ante todo, adoptar una actitud de
ecología humana y que su encíclica Laudato Si' no era solamente una
encíclica ''verde'', sino social. También tocó el tema del crecimiento
desmesurado de las ciudades a las que acuden las poblaciones rurales
porque el campo no ofrece oportunidades de trabajo e invitó a los
alcaldes a llamar también en causa a los organismos internacionales para
que tomen cartas en la explotación y la trata de personas causada por
los fenómenos migratorios.
''Les
agradezco sinceramente, de corazón el trabajo que han hecho -dijo el
Papa a los participantes en el simposio- Es verdad que todo giraba
alrededor.... de esa cultura del cuidado del ambiente. Pero esa cultura
...no es una actitud solamente – lo digo en buen sentido - ''verde''...
es mucho más. Cuidar el ambiente significa una actitud de ecología
humana. O sea, no podemos decir: la persona está aquí y el Creato, el
ambiente, está allí. La ecología es total, es humana. Eso es lo que
quise expresar en la Encíclica ''Laudato Si'': que no se puede separar
al hombre del resto, hay una relación de incidencia mutua, sea del
ambiente sobre la persona, sea de la persona en el modo como trata el
ambiente; y también, el efecto de rebote contra el hombre cuando el
ambiente es maltratado. Por eso, frente a una pregunta que me hicieron
yo dije: ''no, no es una encíclica ‘verde’, es una encíclica social''.
Porque dentro del entorno social, de la vida social de los hombres, no
podemos separar el cuidado del ambiente. Más aun, el cuidado del
ambiente es una actitud social, que nos socializa en un sentido o en
otro ... y por otro lado, nos hace recibir... aquello que nos fue dado
como don, o sea, el ambiente''.
''...
Me pareció una idea...muy fecunda.. invitar a los alcaldes, a los
síndicos de las grandes ciudades y no tan grandes, porque una de las
cosas que más se nota cuando el ambiente, la Creación, no es cuidada es
el crecimiento desmesurado de las ciudades. Es un fenómeno mundial...
las grandes ciudades, se hacen grandes pero cada vez con cordones de
pobreza y de miseria más grandes, donde la gente sufre los efectos de un
descuido del ambiente. En este sentido, está involucrado el fenómeno
migratorio. ¿Por qué la gente viene a las grandes ciudades, a los
cordones de las grandes ciudades, las villas miseria, las chabolas, las
favelas?...Simplemente porque ya el mundo rural para ellos no les da
oportunidades. Y un punto que está en la encíclica, y con mucho respeto,
pero se debe denunciar, es la idolatría de la tecnocracia. La
tecnocracia lleva despojar de trabajo, crea desocupación, los fenómenos
desocupatorios son muy grandes y necesitan ir migrando, buscando nuevos
horizontes. El gran número de desocupados alerta. No tengo las
estadísticas- pero en algunos países de Europa, sobre todo en los
jóvenes, la desocupación juvenil, de los 25 años hacia abajo, pasa del
40 por ciento y en algunos llega al 50 por ciento... Y eso proyectado
hacia el futuro nos hace ver un fantasma, o sea, una juventud desocupada
que hoy ¿qué horizonte y qué futuro puede ofrecer?, ¿qué le queda a esa
juventud? O las adicciones, o el aburrimiento, o el no saber qué hacer
de su vida -una vida sin sentido, muy dura-, o el suicidio juvenil – las
estadísticas de suicidio juvenil no son publicadas en su totalidad-, o
buscar en otros horizontes, aún en proyectos guerrilleros, un ideal de
vida''.
''Por
otro lado, la salud está en juego -subrayó el Pontífice- La cantidad de
enfermedades ''raras'', así se llaman que vienen de muchos elementos de
fertilización de los campos – o... de un exceso de tecnificación. Entre
los problemas más grandes que están en juego es el oxígeno y el agua.
Es decir, la desertificación de grandes zonas por la deforestación. Acá
al lado mío está el cardenal arzobispo encargado de la Amazonia
brasilera, él puede decir lo que significa una deforestación hoy día, en
la Amazonia, que es el pulmón del mundo, Congo, Amazonia, grandes
pulmones del mundo-... ¿Qué sucede cuando todos estos fenómenos de
tecnificación excesiva, de no cuidado del ambiente, además de los
fenómenos naturales, inciden sobre la migración? El no haber trabajo, y
después la trata de las personas. Cada vez es más común el trabajo en
negro, un trabajo sin contrato... El trabajo en negro es muy grande, lo
cual significa que una persona no gana lo suficiente para vivir. Eso
puede provocar actitudes delictivas y todo lo que sucede en una gran
ciudad por esas migraciones provocadas por la tecnificación. Sobre todo
me refiero a... la trata de las personas en el trabajo minero, la
esclavitud minera todavía es muy grande y es muy fuerte. Y lo que
significa el uso de ciertos elementos de lavado de minerales – arsénico,
cianuro- que inciden en enfermedades de la población. En eso hay una
responsabilidad muy grande. O sea que todo rebota, todo vuelve. Es el
efecto rebote contra la misma persona. Puede ser la trata de personas
por el trabajo esclavo, la prostitución, que son fuentes de trabajo para
poder sobrevivir hoy día''.
''Finalmente,
yo diría que sobre esto hay que interesar a las Naciones Unidas. Tengo
mucha esperanza en la Cumbre de París, de noviembre, que se logre algún
acuerdo fundamental y básico. Tengo mucha esperanza, pero sin embargo,
las Naciones Unidas tienen que interesarse muy fuertemente sobre este
fenómeno, sobre todo, en la trata de personas provocada por este
fenómeno ambiental, la explotación de la gente. Recibí hace un par de
meses a una delegación de mujeres de las Naciones Unidas encargadas de
la explotación sexual de los niños en los países de guerra... Es otro
fenómeno. Y las guerras son también elemento de desequilibrio del
ambiente''.
''Quisiera
terminar con una reflexión que no es mía, es del teólogo y filósofo
Romano Guardini - señaló FRANCISCO - Él habla de dos formas de incultura:
la incultura que Dios nos entregó para que nosotros la transformáramos
en cultura y nos dio el mandato de cuidar, y hacer crecer, y dominar la
tierra; y la segunda incultura, cuando el hombre no respeta esa relación
con la tierra, no la cuida... Cuando no la cuida, el hombre se apodera
de esa cultura y la empieza a sacar de cauce... y se le va de las manos y
forma una segunda forma de incultura: la energía atómica es buena,
puede ayudar, pero hasta aquí, si no pensemos en Hiroshima y en
Nagasaki, o sea ya se crea el desastre y la destrucción. Hoy día.. esa
segunda forma de incultura es la que destruye al hombre. Un rabino del
medioevo, más o menos de la época de Santo Tomás de Aquino.. explicaba
en un ''midrash'' el problema de la torre de Babel a sus feligreses en
la sinagoga, y decía que construir la torre de Babel llevó mucho tiempo,
y llevó mucho trabajo, sobre todo hacer los ladrillos -suponía armar el
fango, buscar la paja, amasarla, cortarla, hacerla secar, después
ponerla en el horno, cocinarla, o sea que un ladrillo era una joya,
valía muchísimo- y lo iban subiendo, al ladrillo, para ir poniendo en la
torre. Cuando se caía un ladrillo era un problema muy grave, y el
culpable o el que descuidó el trabajo y lo dejó caer, era castigado.
Cuando se caía un obrero de los que estaban construyendo no pasaba nada.
Este es el drama de la segunda forma de incultura: el hombre como
creador de incultura y no de cultura. El hombre creador de incultura
porque no cuida el ambiente''.
''Y
¿por qué ésta convocatoria de la Academia Pontificia de las Ciencias a
los síndicos, alcaldes, intendentes de las ciudades? Porque ésta
conciencia si bien sale del centro hacia las periferias, el trabajo más
serio y más profundo, se hace desde la periferia hacia el centro. Es
decir, desde ustedes hacia la conciencia de la humanidad. La Santa Sede o
tal país, o tal otro, podrán hacer un buen discurso en las Naciones
Unidas pero si el trabajo no viene de las periferias hacia el centro, no
tiene efecto. De ahí la responsabilidad de los síndicos, de los
intendentes, de los alcaldes de las ciudades. Por eso les agradezco
muchísimo que se hayan reunido como periferias sumamente serias de este
problema. Cada uno de ustedes tiene dentro de su ciudad cosas como las
que yo he dicho y que ustedes tienen que gobernar, solucionar, etcétera... Les agradezco y pido al Señor que nos dé a todos la gracia de poder
tomar conciencia de este problema de destrucción que nosotros mismos
estamos llevando adelante al no cuidar la ecología humana, al no tener
una conciencia ecológica como las que nos fue dada al principio para
transformar la primera incultura en cultura, y frenar ahí, y no
transformar esta cultura en incultura''.