El
Papa ha aprovechado la ocasión para enviar un mensaje de felicitación
al nuevo patriarca y recordar que su elección llega en un momento en que
la Iglesia que preside se enfrenta a dificultades y retos nuevos, en
particular la situación de una parte de los fieles armenios católicos
que está atravesando graves pruebas en Oriente Medio. ''Sin embargo
-escribe FRANCISCO- iluminados por la luz de la fe en Cristo Resucitado,
miramos al mundo llenos de esperanza y misericordia porque estamos
convencidos de que la Cruz de Cristo es el árbol que da la vida''.
''Estoy
seguro -prosigue- de que Vuestra Beatitud, en comunión con los
venerables Padres del Sínodo y con la ayuda del Espíritu Santo, sabrá
con sabiduría evangélica, ser el ''Pater et Caput'', el Buen Pastor de
la porción del pueblo de Dios que le ha sido confiada. Los numerosos
mártires armenios y san Gregorio de Narek, Doctor de la Iglesia, no
dejarán de interceder por Usted''.
Al
final, el Papa confía la persona del Patriarca y su ministerio a Cristo
Jesús y a la protección de la Santa Madre de Dios, y le concede, al
igual que a todo el Patriarcado la bendición apostólica.