CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 09/06/2017) – El Santo Padre FRANCISCO recibió ayer en Audiencia privada a una
delegación de la diócesis de Ahiara, en Nigeria, que lleva años viviendo
una situación dolorosa. Los miembros de la
Delegación estaban acompañados por el Card. J.O. Onaieykan, Arzobispo de
Abuja y Administrador Apostólico de Ahiara, por los Exc.mos A.J.
Obinna, Arzobispo Metropolitano de Owerri, I.A. Kaigama, Arzobispo de
Jos y Presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria, por S.E. Mons.
P.E. Okpaleke, Obispo de Ahiara. También estaban presentes en el
encuentro el Cardenal Secretario de Estado, el Prefecto y los Superiores
de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Formaban
parte de la Delegación los rev. Sacerdotes C. O. Ebii, J. N. Uwalaka y
U. I.Olekamma; además de la hermana B. O. Ezeyi y el Señor S.A.R. P.
Iwu, Jefe Tradicional en representación de los religiosos y los fieles
laicos.
El encuentro, caracterizado por el diálogo y la escucha, terminó con una oración a María y con la bendición del Papa.
A continuación publicamos el texto del Santo Padre FRANCISCO:
“Saludo cordialmente a la Delegación y les doy las gracias por haber
venido hasta aquí desde Nigeria con un espíritu de peregrinación. Para
mí, este encuentro es un consuelo, porque estoy muy entristecido por lo
que sucede en la Iglesia de Ahiara.
La Iglesia, de hecho (y pido perdón por la palabra), está como en un
estado de viudedad por haber impedido que el obispo pueda ir allí.
Muchas veces me ha venido a la memoria la parábola de los viñadores
asesinos, de los que habla el Evangelio (cfr. Mt 21, 33-44)… que quieren
apoderarse de la herencia. En esta situación, la diócesis de Ahiara
está como sin su esposo, y ha perdido su fecundidad y no puede dar
fruto.
Los que se han opuesto a la toma de posesión del obispo, Mons. Okpaleke,
quieren destruir la Iglesia; esto no está permitido; tal vez no se dan
cuenta, pero la Iglesia está sufriendo y el Pueblo de Dios con ella. El
Papa no puede quedarse indiferente.
Conozco muy bien los acontecimientos que desde hace años se van
arrastrando en la diócesis, y doy las gracias al obispo por su actitud
de gran paciencia; es más de santa paciencia, que tanto ha demostrado.
He escuchado y reflexionado mucho, incluso sobre la idea de suprimir la
Diócesis; pero luego he pensado que la Iglesia es madre y no puede dejar
a tantos hijos como vosotros. Nutro un gran dolor por aquellos
sacerdotes que son manipulados, tal vez incluso desde el exterior y
desde fuera de la Diócesis.
Creo que en este caso no se trata de un caso de tribalismo, sino de
apropiación de la viña del Señor. La Iglesia es madre y quién la ofende
incurre en un pecado mortal, es algo grave. Así que he decidido no
suprimir la diócesis. Sin embargo, me gustaría dar algunas indicaciones
que deben comunicarse a todos: en primer lugar hay que decir que el Papa
está muy dolorido, por lo tanto, pido que cada sacerdote o eclesiástico
incardinado en la diócesis católica de Ahiara, tanto residente, o que
trabaje en otro lugar, incluso en el extranjero, me escriba una carta
dirigida a mí en la que pide perdón; todos deben escribir de forma
individual y personal; todos debemos sentir este dolor común.
En la carta
1. se debe manifestar claramente total obediencia al Papa, y
2. quién escribe debe estar dispuesto a aceptar al Obispo que el Papa envíe y al Obispo nombrado.
3. La carta debe ser enviada dentro de los próximos 30 días a partir de
hoy hasta el 9 de julio próximo. Quién no lo hará ipso facto será
suspendido a divinis y retirado de su cargo.
Esto parece muy duro, pero ¿porque hace esto el Papa? Porque el pueblo
de Dios está escandalizado. Jesús recuerda que los que escandalizan,
deben atenerse a las consecuencias. Tal vez algunos han sido manipulados
sin el pleno conocimiento de la herida infligida a la comunión
eclesial.
A vosotros, hermanos y hermanas, os doy las gracias de corazón por
vuestra presencia; del mismo modo que al Cardenal Onaieykan por su
paciencia y al Obispo Okpaleke, del que he podido admirar además de su
paciencia, su humildad. Gracias a todos”.