Lahore, PAKISTÁN (Agencia Fides, 05/06/2017) - Se trata de un episodio que ha despertado gran
indignación, y que saca a la luz la discriminación existente contra las
minorías religiosas en Pakistán: Irfan Masih, un obrero cristiano que
trabajaba en las obras de canalización de las aguas residuales, ha
fallecido el 2 de junio porque un médico musulmán del hospital de
Umerkot, en Lahore, se ha negado a tocar su cuerpo, cubierto de barro,
porque estaba ayunando y siguiendo las prácticas del Ramadán.
El médico dijo que no iba a intervenir hasta que el cuerpo del hombre no fuese lavado.
Masih, de 30 años de edad, se desmayó mientras limpiaba un canal de
drenaje, debido a los humos tóxicos. Sus colegas lo llevaron al Hospital
Civil más cercano, en estado crítico, pero los médicos en la sala de
emergencias declararon inmediatamente que comenzarían a examinarlo y
curarlo sólo tras se lavado completamente. Irfan estaba en estado grave y
necesitaba de una intervención urgente. Su familia y sus colegas
rogaron al personal del hospital, pero el Dr. Yusuf se mostró
inflexible.
La familia de Irfanc considera que podría haber sobrevivido si se le
hubiera proporcionado el tratamiento médico oportuno afirmando que Irfan
murió a causa de una negligencia médica.
Los compañeros de Irfan y numerosos miembros de la comunidad cristiana
de Umerkot tomaron el cuerpo y organizaron una protesta contra el
gobierno local y contra el hospital. El padre de la victima, Nazeer
Masih, ha presentado una denuncia a la policía contra seis empleados del
hospital, tres de ellos médicos. La policía ha dispuesto la detención
del doctor Jaam Kunbhar. El director general del Departamento para la
salud Akhlaq Khan ha visitado el hospital diciendo que, según los
registros y las declaraciones, la muerte de Irfan no se debe a una
negligencia del médico.
Nasir Saeed director de la Ong CLAAS (Centre for Legal Aid, Assistance
and Settlement), que proporciona asistencia legal a los cristianos
paquistaníes, comenta a la Agencia Fides: “Es un episodio triste y
significativo: una vida podría haberse salvado si se hubiese
proporcionado ayuda médica con prontitud. No es la primera vez que un
trabajador del servicio de red de alcantarillado muere haciendo su
deber. El gobierno debería proporcionar equipo de seguridad adecuado a
sus trabajadores, pero dado que estos puestos de trabajo están ocupados
solamente por cristianos nadie se preocupa por ellos”.
Incluso la Fundación“Cecil e Iris Chaudhry” (CICF) ha expresado su
consternación por el trágico episodio. Michelle Chaudhry, presidente de
la Fundación, dice a la Agencia Fides: “Una sociedad se vuelve
extremadamente peligrosa cuando se convierte en inhumana. Una vida
inocente se ha perdido porque alguien se ha negado a cumplir con su
deber, a nivel deontológico y de servicio público. El médico ha violado
el juramento hipocrático que le obliga a tratar a un paciente en en toda
circunstancia, más allá de la religión y clase social”.
La Fundación pide justicia, y ha escrito al primer ministro de la
provincia, al Ministerio de Salud provincial y a todas las autoridades
competentes para garantizar la puesta en marcha de una investigación
imparcial.