Lima, PERÚ (Agencia Fides, 20/12/2017) – “En esta hora crucial que vive nuestra patria, en
la que está en juego la vigencia del orden democrático y del estado de
derecho, “nos preocupa, como a toda la sociedad peruana, el
debilitamiento de la institucionalidad en los poderes del Estado y la
corrupción”.
es lo que leemos en la declaración de los obispos peruanos enviada
también a Fides y que se refiere "al escenario complejo y doloroso"
después que el pasado viernes, el Congreso inició el procedimiento de
juicio político al Presidente, bajo investigación por corrupción, por
haber recibido sobornos de la empresa brasileña multinacional Odebrecht.
La moción de destitución fue votada por la mayoría de los parlamentarios
encabezados por Keiko Fujimori (hija del ex dictador) y acusa a
Kuczynski de ser moralmente incapacitado para gobernar el país. Las
últimas declaraciones de la constructora Odebrecht confirmaron la
participación del presidente Kuczynski. El esquema recurrente es el
hecho que se proporcionan fondos para las campañas electorales de los
candidatos presidenciales a cambio de favores en contratos futuros para
las principales obras de construcción. Odebrecht confirmó en el caso del
presidente peruano que había pagado unos $ 4,8 millones entre 2004 y
2008 (años en los que el presidente también fue ministro de Economía
bajo el gobierno de Toledo) a dos empresas de consultoría vinculadas al
presidente, que compitió por importantes proyectos de infraestructura.
En el comunicado de ayer los obispos recuerdan que “La Iglesia defiende
la institucionalidad, así como la división de los poderes del Estado.
Esta división es el principio del estado de derecho”.
Luego señalan la raíz de la crisis: “Entre las deformaciones del sistema
democrático, la corrupción política es una de las más graves porque
traiciona al mismo tiempo los principios de la moral y las normas de la
justicia social;…La corrupción distorsiona de raíz el papel de las
instituciones representativas. Recordamos a las autoridades del País su
deber de salvaguardar la institucionalidad democrática, respetando el
marco constitucional, legal y procedimental que nos rige a todos. Es
necesario detener todo indicio de abuso de poder, y respetar la
autonomía y el equilibrio de los poderes del Estado.
Por esto concluyen con una llamado responsable: “Hacemos un llamado a
toda la clase política del país, y ante todo al Congreso de la República
a reencontrar el camino del diálogo y la prudencia, en la verdad y en
la justicia, como enseña el Papa Francisco: No un diálogo de sordos sino
un encuentro con una actitud receptora que acoja sugerencias y comparta
inquietudes, que sea un intercambio recíproco de confianza.¡Cuando se
trata del bien del Perú, no han de regir intereses particulares sino el
Bien Común de la Patria!”.