Alito, UGANDA (Agencia Fides, 14/12/2017) - Un proyecto de agro-business, con una escuela de
formación profesional dedicada a los sectores de la agricultura y de la
ganadería: esta es la iniciativa que ha querido poner en marcha el
obispo local mons. Giuseppe Franzelli en Alito, diócesis de Lira, al
Norte de Uganda, y que se está realizando con la ayuda de la Ong
“Africamission cooperazione e sviluppo”, (África misión cooperación y
desarrollo). Esta Ong lleva años trabajando en el país dando continuidad
a la obra de sus fundadores, el misionero don Victorio Pastori y mons.
Enrico Manfredini.
Hasta 1986, la estructura ahora utilizada para la formación profesional
de los jóvenes, era una pequeña colonia de leprosos dirigida por las
religiosas combonianas junto a médicos alemanes; pero ahora se ha
reconvertido y alberga aulas, laboratorios y una cocina. La escuela
gratuita de agro-busines, creada para la formación de jóvenes
agricultores y ganaderos, se inauguró en octubre pasado y cada semestre
durante tres años formará a unos 50 jóvenes de entre 18 y 25 años. “El
objetivo – explica Piergiorgio Lappo a la Agencia Fides que en Alito
está siguiendo el proyecto de la ONG - es ayudar a los jóvenes que
tienen tierras cultivables pero que no pueden vivir de su trabajo debido
a la baja productividad y dificultades en el acceso al mercado”.
En un país con una vocación predominantemente agrícola y en el que los
jóvenes menores de 30 años representan más de la mitad de la población,
proporcionar herramientas teóricas y técnicas necesarias para mejorar el
cultivo del suelo y la cría de ganado representa una forma concreta de
desarrollar el potencial humano y natural del territorio. “Los
estudiantes de este semestre, el 40% chicas y el 60% chicos - continúa
Lappo - son jóvenes de las zonas circunstantes que han dejado la escuela
y que cultivan los campos familiares. Todas las mañanas vienen al
centro para las lecciones teóricas en clase y luego poder poner las
enseñanzas en práctica cultivando sus campos. Todo lo que aprenden de
este curso lo ponen en práctica en su tierras familiares”. Los
profesores son todos expertos en el lugar, la enseñanza es casi
totalmente en el idioma local. Además de las asignaturas técnicas,
también se imparten clases de inglés y educación cívica para garantizar
una
formación completa que pueda ayudar a los chicos a gestionar sus
empresas familiares. Al final el semestre del curso, los jóvenes
agricultores y ganaderos serán seguidos por un grupo de “facilitadores”,
que los ayudarán en la planificación del trabajo y promoverán la
creación de redes pequeñas para que puedan intercambiar experiencias y
técnicas. “Las dificultades más comunes - concluye el referente en
Uganda de Africamission - consisten en el hecho de que alrededor del 40%
del producto, una vez recolectado, no llega a los mercados; es por eso
que también les enseñamos cómo almacenar y mantener los frutos de los
campos hasta la venta o al consumo familiar. El gobierno está ayudando,
construyendo nuevas carreteras que facilitan a los vendedores y
compradores llegar a las áreas donde se realiza el mercado”.
La agricultura en Uganda es uno de los elementos principales del PIB,
pero el sector se ve afectado por la baja productividad. Según los
últimos datos publicados por el Banco Mundial, factores internos y
externos han frenado el crecimiento económico en los últimos cinco años,
que en las décadas anteriores habían experimentado mayores tasas de
producción.