Ciudad Juárez, MÉXICO (Agencia Fides, 14/12/2017) – “Ya no hay respeto por nada, ni por
nadie, es el extremo de la maldad, ¿cómo se atrevieron?", es la pregunta
que el Obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, Chihuahua (México),
Mons. José Guadalupe Torres Campos en un breve encuentro con la prensa
local después de enterarse del asesinato de dos "matachines", bailarines
de la Virgen de Guadalupe mientras se preparaban y ensayaban para la
fiesta del 12 de diciembre.
Destacó, que por eso debemos aumentar nuestra fe, pero es triste y
lamentable que se sigan dando estos signos de violencia y muerte en
nuestra ciudad, "ya no hay respeto por nada, ni por nadie", agregó.
Reconoció que esos asesinatos no fueron como otros, aun cuando ninguno
es bueno, "estas personas no estaban en la parranda o en la borrachera,
eran matachines que bailaban a la virgen de Guadalupe, en un acto de fe y
amor, esto hace pensar que ya no hay respeto por nada, ni por nadie, es
el extremo de la maldad", concluyó.
Según informaciones de la prensa de Ciudad Juárez, sólo en el inicio de
esta semana, en sólo dos días, ha sido asesinadas seis personas, y lo
que es terriblemente impresionante es que no hay motivos claros ni
definidos, es casi una violencia por la violencia.
La queja, el lamento y la protesta de Mons. Torres Campos se escuchan en
un momento difícil para México donde se discute la propuesta de la Ley
de Seguridad Interior, sobre la cual los obispos
através de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPS) ha lamentado
el fracaso de las políticas de seguridad en el país. "Algunas regiones
están siendo lastimadas por crisis humanitarias que requieren de
policías verdaderamente capacitados que puedan proveer de seguridad
interna dejando al Ejército en su deber propio de la seguridad
nacional".
La CEPS ha publicado un comunicado con el título "Con decisión
construyamos la paz, basta de falsas seguridades", donde se presenta la
posición de la Iglesia: "Se requieren acciones legislativas que marquen
una ruta crítica para resolver las causas, pero también eviten la
permanencia de políticas como la de la presencia de las Fuerzas Armadas
en funciones policiacas y logren un consenso de todas las fuerzas
políticas y sociales en orden a establecer estructuras nacionales,
estatales y municipales de seguridad eficaces y respetuosas de los
derechos de todos".