Bangui, REPÚBLICA CENTROAFRICANA (Agencia Fides, 09/01/2018)
- “¿Dónde estamos yendo?, ¿en qué se convertirá
en el pueblo de Republica Centroafricana en 2018?” se pregunta el
cardenal Dieudonné Nzapalainga, arzobispo de Bangui, en su discurso de
apertura de la plenaria de la Conferencia Episcopal de República
Centroafricana. Haciendo balance del año que acaba de finalizar, el
cardenal Nzapalainga hizo hincapié en que 2017 fue un “año
desafortunado, en el que se ha asesinado y agredido a muchos servidores
de Dios en Bangui, pero especialmente en nuestras provincias: Bangassou,
Alindao, Mokoyo... Iglesias destrozadas, saqueadas o quemadas y fieles
martirizados. El balance del año pasado es alarmante. Pero tenemos fe en
la gran bondad del Señor hacia nosotros, como el Papa Francisco nos
recordó durante su estancia en Bangui”.
En noviembre de 2015, el Papa Francisco visitó Bangui, donde abrió la
Puerta Santa del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. La sesión ordinaria de la Conferencia Episcopal
Centroafricana comenzó ayer, 8 de enero, y finalizará el domingo 14 de
enero. En el centro de los trabajos hay temas como la seguridad, la
educación y la salud. La situación en varias zonas de República
Centroafricana continúa deteriorándose. Entre las zonas más afectadas
por la presencia de grupos armados está la de la prefectura de Paoua, en
el noroeste, en la frontera con Camerún, donde desde el 27 de diciembre
se producen violentos enfrentamientos entre los miembros de RJ
(Révolution Justice) y los del Mouvement National pour la Libération de
la Centrafrique (MNLC). Al menos 30,000 personas han huido a las
ciudades de Paoua desde las aldeas circundantes debido a la violencia
indiscriminada contra la población civil por los guerrilleros de ambas
facciones.