San Juan, PUERTO RICO (Agencia Fides, 02/01/2018) – En 2017 la isla ha sido destruída por los
huracanes (Irma en septiembre y María (en octubre). A una distancia de
meses, la infraestructura del país, la infraestructura permanecen en un
estado de total devastación, incluso con la red de electricidad,
escuelas defectuosas y hospitales abiertos con mil dificultades. No es
sorprendente que muchos puertorriqueños, que son ciudadanos
estadounidenses, se hayan mudado a otros estados en los Estados Unidos.
Desde octubre, 130,000 se han mudado a Florida y se han mudado miles en
otras ciudades y estados de EE. UU., Como Holyoke, Massachusetts.
El país tiene una población de 3,5 millones de personas. De 2005 a 2015,
aproximadamente el 10 por ciento de la población puertorriqueña se mudó
a los Estados Unidos.
Según los testimonios enviados a la Agencia Fides por los misioneros en
la isla, las dificultades para la reconstrucción parecen pesadas,
especialmente fuera de la capital San Juan: calles en la oscuridad,
tiendas sin electricidad o con un generador para mantener los productos
frescos, hospitales que no pueden garantizar la servicios básicos. De
las 1,113 escuelas en Puerto Rico, solo 119 han reabierto. Según la
Federación de Maestros de Puerto Rico, el gobierno ha frenado la
reconstrucción de las escuelas para favorecer la privatización. Los
proyectos de reconstrucción en Puerto Rico seguirían el esquema ya
implementado en Nueva Orleans después de los desastres causados por el
huracán Katrina en 2005, cuando las escuelas despidieron a muchos
maestros y surgió una red de nuevas escuelas privadas.
Ante esta realidad, el Congreso ha completado su proyecto de reforma
tributaria, pero los esfuerzos para encontrar fondos para financiar la
reconstrucción en la isla han fracasado en medio de disputas
partidistas.
Antes de Navidad, los líderes religiosos y los sindicatos se reunieron
en una vigilia de oración por Puerto Rico, en la sala de conferencias de
Capitol Hill. En esa ocasión, también firmaron una carta dirigida al
Congreso de los Estados Unidos. "Si el Congreso trata a los ciudadanos
estadounidenses que viven en Puerto Rico de manera diferente a los
ciudadanos estadounidenses que viven en los 50 estados, es como
considerar que nuestra isla es una jurisdicción extranjera" se lee entre
otras cosas en ese documento "creemos que la recuperación de nuestra
isla será casi imposible ".
A fines de enero, el Congreso de Estados Unidos debería garantizar el
paquete de ayuda provisto en caso de un desastre natural en Puerto Rico. Mientras tanto, la agencia federal para el manejo de emergencias (FEMA,
por sus siglas en inglés) creó un programa a partir de los primeros
días de diciembre para facilitar la transferencia de puertorriqueños a
la parte continental. Mientras que en el debate de los medios, los
proyectos se reinician para convertir a todo el país en un complejo
turístico de gestión privada, o para transformarlo en un estado
independiente, abierto a las inversiones chinas y rusas.
La recuperación puertorriqueña podría convertirse a largo plazo en un serio problema de seguridad para Estados Unidos.