Temuco, CHILE (Agencia Fides, 10/01/2018) – Los Mapuche católicos esperan que el Papa
Francisco “nos bendiga, que nos refuerce en la fe”. Esperan que el
acento de sus homilías favorezca “la paz social”. Pero no esperan de él
soluciones políticas para resolver todos los problemas, porque él “es un
pastor, no es el Presidente del Chile ni tampoco un ministro con
poderes especiales”. Así lo comenta a la Agencia Fides Isolde Reuque
Paillalef, secretaria ejecutiva para la comisión de la “pastoral
Mapuche” de la diócesis chilena de Temuco. “El Papa – añade Isolde, en
una conversación con la Agencia Fides - dirá aquí las cosas que dice
también en otras partes del mundo, poniendo el acento en las esperanzas y
problemas de los pueblos indígenas. Luego les tocará a los políticos
saberlo escuchar, dejarse interpelar por sus palabras, y esto vale sobre
todo para aquellos que en Chile ocupan los puestos del poder y
controlan el desarrollo social”.
Sobre la violencia se cierne la sombra de los “infiltrados”
En los últimos años la “cuestión” de los Mapuche - los “hijos de la
tierra”, nativos de las zonas que ahora conforman el centro y el sur de
Chile y de Argentina, de las que sienten que han sido usurpados - ha
sido relacionada por los media de comunicación sobre todo con violencias
e incendios de iglesias evangélicas y católicas cometidas por grupos
que afirmaban actuar en nombre de la “causa” indígena. “En realidad -
señala Isolde - no sabemos quienes son los autores de estos actos
violentos, porque la justicia de Chile no los ha individuado, y por
tanto no podemos culpabilizar a nadie. Pero muchos piensan que en
realidad no son gente de nuestro pueblo, no son Mapuche, sino que se
trata de gente que viene de fuera para crear desordenes y hacer que la
culpa recaiga sobre los Mapuche. En cualquier caso – añade Isolde - los
responsables de las violencia son pocos y aislados. Una vez
individuados, lógicamente hay que castigarles, pero son necesarias
pruebas
reales de sus crímenes, porque también hemos visto Mapuche acusados,
arrestados y luego liberados, por falta de pruebas reales. Como
católicos – continúa Isolde – debemos rezar para que los autores de
estos gestos se den cuanta del daño que hacen precisamente al pueblo
Mapuche: las iglesias y las capillas son nuestras, las ha construido el
pueblo, y quemándolas no se hace ningún daño a la llamada “iglesia
jerárquica” o a quien sabe que poder. Sólo se perjudica al pueblo”.
La oración “carismática” y la devoción a los santos
Estos focos puesto sobre los incendios y la violencia corre el peligro
de oscurecer la intensa vida comunitaria de los cristianos Mapuche,
quienes sobre todo esperan ser confirmados en la fe por el Sucesor de
Pedro. “No hay contradicción posible entre ser mapuche y ser cristiano.
Casi diría que hay una complementariedad entre la fe cristiana y la
religiosidad mapuche, basada en el reconocimiento de que Dios es el
creador de todas las cosas, y que el amor a Dios se combina con el amor
por la tierra y por la naturaleza”. Las Misas, celebradas en el idioma
mapuzugun, se caracterizan por oraciones espontáneas, de tipo
carismático, “con las que se pide a Dios en primer lugar perdón y el
permiso para comenzar a orar, y luego se expresa el amor y las propias
peticiones para la vida cotidiana”.
Las comunidades católicas mapuches cultivan una devoción particular por
Ceferino Nunancura - el salesiano laico de origen mapuche, beatificado
en noviembre de 2007-, y por San Sebastián. Durante el “mes de María”,
del 8 de noviembre al 8 de diciembre, los actos de devoción mariana se
entrelazan con la cotidianidad de la vida comunitaria, y los gestos
realizados por María se repiten en las casas y capillas, como la visita a
su prima Isabel. En vista de la llegada del Sucesor de Pedro, las
parroquias también han organizado reuniones sobre la vida del Papa
Francisco y sobre su experiencia como sacerdote y obispo en la vecina
Argentina. “Sentimos que el Papa Francisco está cerca de nosotros, y con
sus palabras nos insta a movernos, a no permanecer estáticos” explica a
Fides Isolde Reuque.
Un largo camino de discernimiento eclesial
La visita del Papa Francisco es esperada como una continuación de un
camino de discernimiento eclesial sobre la “cuestión Mapuche” que tuvo
un pasaje calificativo en la Carta Pastoral sobre la proclamación del
Evangelio al pueblo Mapuche, publicada en 1979 por los obispos chilenos
del sur. “Con ese documento”, recuerda Isolde Reuque, “la Iglesia
reafirmó la existencia y la dignidad de nuestro pueblo”. Ese texto
inspiró los pasos más importantes de la pastoral dirigida a los
mapuches, el apoyo eclesial a las organizaciones sociales y la formación
de líderes comunitarios, el redescubrimiento de sus tradiciones y de su
propia historia. La Iglesia local, en recientes iniciativas dirigidas a
los mapuches, insiste en la perspectiva de la “buena vida”, del “vivir
bien”, en equilibrio con la naturaleza, que parece ser connatural a la
espiritualidad de este pueblo. Esta perspectiva también hace referencia a
las llamadas a superar las tensiones sociales y las
presiones conflictivas que marcan la región de la Auracania. “El mensaje
de la 'vida buena' - enfatiza Isolde - también se recibe a través de
las homilías y encíclicas del Papa Francisco: la Encíclica Laudato Si',
sobre la custodia de la casa común, ha tenido un gran impacto entre
nosotros, precisamente porque llama la atención sobre la relación entre
los hombres y la naturaleza, algo que está en el corazón de la
espiritualidad y de la cultura Mapuche”.
Según la secretaria ejecutiva de la pastoral mapuche de la diócesis de
Temuco, últimamente han disminuido los sacerdotes católicos dispuestos a
vivir su vocación sacerdotal al servicio de los indígenas de la
Auracania: “la formación que reciben no les ayuda a comprender la
cosmovisión del pueblo mapuche. Muchos sacerdotes jóvenes no aceptan
fórmulas y ritos adaptados a la espiritualidad mapuche. Estos obstáculos
culturales se están superando lentamente, pero hay mucho por lo que
trabajar, hay una voluntad de aprender el idioma y adquirir los
criterios de interculturalidad, para ayudar a los mapuche a vivir su fe
de acuerdo con sus propias formas expresivas”. Los sacerdotes
provenientes del pueblo Mapuche en la diócesis de Tomuco son tres, y
según Isolde Reuque, “hasta ahora no han expresado ningún problema o
reserva” en lo que se refiere al celibato sacerdotal.
Isolde Reuque recuerda con emoción la visita de Juan Pablo II a Chile en
1987, y sus palabras “bastante claras” que invitaron a los Mapuches a
preservar “con orgullo la cultura de su pueblo”. También recuerda que
después de esas palabras, “muchas personas comenzaron a sentirse
orgullosas de pertenecer a este pueblo, volvieron a vestir ropas
tradicionales Mapuche y a participar en las misas en el idioma
Mapuzungun. “Espero - agrega - que la próxima visita del Papa nos ayude a
continuar nuestro viaje, dejando de lado las críticas y el descontento
hacia aquellos que de entre nosotros se unen a otras comunidades
cristianas”.