Hyderabad, PAKISTÁN (Agencia Fides, 08/05/2018) - La Iglesia católica en Pakistán cuenta ya
con la primera religiosa de la tribu Kacchi Kohli después de 70 años de
misión entre las poblaciones indígenas asentadas en Sindh. Aquí los
frailes franciscanos holandeses comenzaron su ministerio de apostolado
entre los grupos tribales en 1940, bajo la guía del padre Farman y con
el apoyo de dos catequistas. La hermana Anita Maryam Mansingh, de la
Congregación de la Presentación de la Virgen María (PBVM), ha hecho sus
votos perpetuos junto con otra hermana en una celebración que tuvo en el
Centro Cultural y Educativo Joti, de la diócesis católica de Hyderabad.
Su tío, el padre Mohan Victor OFM, fue el primer sacerdote católico y
fraile franciscano del mismo grupo tribal de Kacchi Kohli.
Sor Anita nació el 8 de septiembre de 1989 en Tando Allahyar, pequeña
ciudad cerca de Mirpur Khas, y se unió a la comunidad religiosa de las
Hermanas de la Presentación en septiembre de 2008 después de terminar
sus estudios universitarios en ciencias de la educación. Hizo su
profesión temporal el 14 de septiembre de 2011. Durante el período de su
formación trabajó en varias comunidades en Rawalpindi y Hyderabad.
En declaraciones a la Agencia Fides, la hermana Anita asegura: “Mi tío,
el padre Mohan Víctor, me inspiró para elegir la vida religiosa y me
ayudó a discernir mi vocación. Sé que ahora intercede por mí desde el
Cielo. Doy las gracias a mis padres y hermanos por apoyarme siempre en
esta elección”.
Las Hermanas de la Presentación comenzaron su apostolado en Rawalpindi
en 1895. Un grupo de monjas que provenía de Chennai (hoy India) abrió
escuelas para los hijos de soldados británicos e irlandeses. Hoy hay 60
hermanas de la congregación que están comprometidas con su trabajo en
Pakistán en el ámbito de la educación, el cuidado de la salud y el
trabajo pastoral.
El obispo Samson Shukardin, que encabeza la diócesis católica de
Hyderabad, explica a la Agencia Fides: “Tener a la primera religiosa
católica de la tribu Kacchi Kohli es motivo de gran alegría. Los pueblos
tribales expresan la belleza de nuestra Iglesia en Sindh. Animo a las
religiosas a ser una esperanza para las personas abandonadas y las más
vulnerables. Gracias especialmente por el servicio que ofrecen,
proporcionando educación de calidad a la gente de Pakistán en las
provincias de Sindh, Punjab y Khyber Pakhtunkhwa, a estudiantes de todas
las culturas, religiones y etnias”.