Port Moresby, PAPÚA NUEVA GUINEA (Agencia Fides, 02/05/2018) – “El mar es una fuente de vida y bienestar
para nuestra gente y, desafortunadamente, además de sufrir eventos
climáticos catastróficos, nos enfrentamos a las empresas multinacionales
y a las maquinaciones políticas”. Lo han afirmado los obispos de la
Federación de Conferencias Episcopales Católicas de Oceanía reunidos en
Port Moresby del 11 al 18 de abril. Además han expresado “atención por
nuestra casa común, Oceanía: un mar de posibilidades” y se han centrado
en los temas de la Encíclica Laudato Sí, sobre la protección de la
Creación. Los obispos en la solemne declaración emitida al término de la
asamblea, y enviada a la Agencia Fides afirman: “Hemos considerado
cuidadosamente la geografía particular de nuestra región y nuestra
responsabilidad, que deriva de nuestra fe, hacia ella”. En la asamblea,
el debate entre los obispos ha puesto de relieve los complicados
vínculos entre las naciones, las economías y las
comunidades de los pueblos.
“Nuestro mundo oculta la obligación ética de las empresas
multinacionales y de las naciones de trascender ciertos intereses y
asumir la responsabilidad de construir una economía mundial basada en el
cuidado y la sustentibilidad”, continúan los Obispos. Es “un desafío
ético urgente para la familia humana mundial que se refiere al
desarrollo económico dependiente de la energía basada en el combustible.
El desarrollo comercial actual está contribuyendo a un cambio climático
destructivo”.
“Todos los días, nuestro pueblo sufre los efectos negativos, - es más
desastrosos -, del calentamiento global. Estos incluyen el aumento del
nivel del mar, el aumento de las temperaturas oceánicas, la
acidificación del agua, el blanqueamiento de los corales y las amenazas a
la biodiversidad, junto con los fenómenos meteorológicos extremos más
comunes de ciclones, tifones y tormentas. Por lo tanto, nos preguntamos,
si el grito de nuestro pueblo por el cambio es sofocado por el
estruendo de las lobby comerciales y la avaricia. Porque, a pesar de las
consecuencias negativas innegables en nuestra ecología humana, muchos
gobiernos no solo permiten, sino que apoyan la expansión de las
industrias basadas en el carbón. ¿Para quién y por qué este
'crecimiento' miope?” Se preguntan los obispos.
El texto final dice: “reflexionemos sobre el artículo 195 de la Laudato
Si' que desenmascara los costes sociales a largo plazo de dejar sin
control la búsqueda de beneficios a corto plazo, a través de medios de
producción supuestamente más baratos (pero explotadores o destructivos).
Tarde o temprano, los gobiernos deberán abordar estos costos sociales
en salud y medio ambiente. Como personas de fe, seguimos siendo líderes
llenos de esperanza. La conversión de actitud es el catalizador para
convencer a los partidos políticos y a los gobiernos para que hagan
frente al cambio climático. Durante demasiado tiempo hemos estado
sujetos a una mentalidad superficial, según la cual iniciar un cambio
industrial efectivo habría sido un 'suicidio político'. Rechazamos esta
convicción y hacemos un llamamiento a todas las personas, especialmente
las de los continentes que poseen la fuerza industrial, para que
escuchen nuestra voz desde el sur del mundo”.
Los obispos de Oceanía agregan su consternación al saber que desde el
acuerdo de París de 2015, muchas naciones han renegado sus promesas de
limitar el aumento de la temperatura media global a menos de 1,5 grados
centígrados. Y concluyen: “Imploramos a los gobiernos que pongan fin al
juego de las demoras, las posiciones y los compromisos, y en su lugar
adopten un liderazgo valiente y un marco regulador como las personas
esperan. Los jóvenes presentes en nuestra conferencia también han
expresado sus voces de esperanza. Repetimos con convicción que los
océanos nos ofrecen vida y un mar de oportunidades a largo plazo.
Esto está en marcado contraste con el turbio mundo desconocido de las
industrias mineras en los abismos. Las crecientes 'nuevas voces' de
individuos y comunidades enteras opuestas a las actividades mineras en
aguas profundas se hacen eco de las de aquellos que han expresado su
preocupación por la deforestación durante años. Ofrecemos nuestro apoyo a
todas las empresas que muestran un sentido ético hacia los trabajadores
y hacia el medio ambiente, y una vez más imploramos a los gobiernos que
ejerzan un liderazgo responsable por el bien común, por las
generaciones futuras y por nuestra madre tierra”.