Bangui, REPÚBLICA CENTROAFRICANA (Agencia Fides, 02/05/2018) - Una calma irreal y triste envuelve la ciudad de
Bangui, capital de la República Centroafricana, después de la masacre
de ayer, 1 de mayo, en la que perdieron la vida de al menos 16 personas,
incluido un sacerdote católico, don Albert Toungoumale-Baba, asesinado
en la iglesia Notre Dame de Fátima, no muy lejos del distrito PK5,
habitado principalmente por musulmanes. Según fuentes locales de la
Iglesia contactadas por la Agencia Fides “en Bangui, en este momento la
situación está en calma, no hay señales de tiroteos. Estamos esperando
una declaración de Su Eminencia el Cardenal Dieudonné Nzapalainga,
Arzobispo de Bangui, que acaba de regresar de Europa”.
Los incidentes se desencadenaron cuando las fuerzas de seguridad
detuvieron un vehículo que transportaba a Moussa Empereur, miembro de
una milicia de autodefensa del PK5. Al tratar de escapar del arresto,
fue herido por los militares. Sus hombres atacaron a las fuerzas de
seguridad y desataron la violencia contra civiles.
Un grupo armado atacó la parroquia de Notre Dame de Fátima, mientras don
Albert Toungoumale-Baba y algunos fieles celebraban la misa con motivo
del aniversario de San José. “El sacerdote asesinado no era el párroco
de Notre Dame de Fátima, sino un sacerdote centroafricano (uno de los
más antiguos de la diócesis de Bangui), que estaba allí para la
celebración como capellán del movimiento Fraternité Saint Joseph”, dicen
las fuentes Fides.
Los milicianos dispararon y arrojaron granadas de mano a los fieles.
Además de las 16 víctimas, también hay alrededor de un centenar de
heridos. Las fuerzas de seguridad intervinieron y lograron expulsar a
los atacantes en el distrito PK5. La Iglesia Notre Dame de Fátima ya
había sufrido otro un sangriento ataque el 28 de mayo de 2014, durante
el cual fueron asesinados 18 fieles.
Según un testimonio recogido por la prensa local, “una muchedumbre
enojada decidió transportar el cuerpo del sacerdote asesinado ante la
presidencia. El desfile pasó por el barrio de Lakouanga, donde fue
destruida una mezquita y dos hombres fueron quemados vivos. Luego la
procesión llegó al centro de la ciudad antes de ser dispersada cerca de
la Presidencia”.
Médicos Sin Fronteras ha afirmado que una turba enfurecida se había
congregado frente al hospital de la ONG en el distrito de Sica,
amenazando con destruir el hospital y obstaculizar el acceso de las
ambulancias.
La Misión ONU en la Rep. Centroafrica (MINUSCA) y el Presidente de la
República, Faustin-Archange Touadéra, han invitado a la población a la
calma.