Kabul, AFGANISTÁN (Agencia Fides, 02/05/2018) - “Estamos conmocionados, pero estamos bien,
gracias a Dios. Aunque el último atentado tuvo lugar en las
inmediaciones de la Embajada, al estar dentro de la misma, no he sufrido
ninguna consecuencia. Sin embargo, las hermanas están mucho más
expuestas, porque viven en barrios populares y sin ningún tipo de
protección. Es cierto que están aquí para hacer el bien y la población
las quiere, pero el problema es que podrían convertirse en blanco de un
ataque en cualquier momento”. Es el testimonio enviado desde Kabul a la
Agencia Fides por el padre Giovanni Scalese, misionero Barnabita,
titular de la Missio sui iuris de Afganistán, tras el doble atentado
suicida que, el lunes 30 de abril, causó la muerte a más de 25 personas,
incluidos nueve periodistas, además de provocar también un gran número
de heridos. El ISIS se ha atribuido la responsabilidad de los ataques.
La primera explosión, que ocurrió alrededor de las 8:00 a.m. hora local,
en la zona de Shashdarak, cerca de varias instituciones gubernamentales
y de la sede de la OTAN, tenía el objetivo de atraer a los reporteros,
quienes fueron atacados por un segundo terrorista suicida que, fingiendo
ser un operador de comunicación, se inmoló 20 minutos después. “Los
periodistas, que son testigos de lo que sucede, se convierten en
objetivo privilegiado de los terroristas. Pero lo que más impresiona es
la maldad de la acción: provocar una explosión, esperar que lleguen la
asistencia, los periodistas y la policía para luego provocar otra
explosión. Estas no son acciones militares, son crímenes contra la
humanidad”, señala el p. Scalese.
Hace solo un mes, el mismo barnabita nos había comunicado palabras de
esperanza desde Afganistán, destacando las señales positivas ocurridas
en el mes de febrero, cuando los talibanes declararon que estaban listos
para comenzar las negociaciones con los Estados Unidos y cuando Ashraf
Ghani, presidente Afgano, hizo una propuesta de acuerdo de paz con los
talibanes. Hoy el p. Scalese dice: “Está claro que la inclusión del ISIS
en la guerra afgana es una señal de que algunos no quieren un acuerdo
entre el gobierno y los talibanes. El ISIS es un cuerpo extraño para
Afganistán, creado exclusivamente para sembrar el terror, sin ninguna
otra lógica que la desestabilización como un fin en sí mismo. Los
talibanes tienen una filosofía diferente. En el comunicado con el que
han anunciado el comienzo de la ofensiva de primavera, han escrito: 'Se
debe prestar especial atención a la protección de la vida y de las
propiedades de la población civil, para lo cual se deben tomar
todas las medidas cautelares al atacar los objetivos elegidos'”.
En Afganistán, la presencia católica fue admitida a principios del siglo
XX como una simple asistencia espiritual dentro de la Embajada de
Italia en Kabul y elevada a Missio sui iuris en 2002 por Juan Pablo II.
Hoy la misión, encomendada al padre barnabita Giovanni Scalese, sigue
teniendo su base en la estructura diplomática. En la capital afgana
también están las hermanas de Madre Teresa de Calcuta y la asociación
intercongregacional Pro Bambini de Kabul.