Baalbek, LÍBANO (Agencia Fides, 01/08/2018) - El monasterio de San Marón, un lugar muy
querido por los cristianos maronitas, ha vuelto a abrir para las
celebraciones litúrgicas, las prácticas devocionales y las
peregrinaciones, después de siglos de abandono. El martes 31 de julio,
el día de la fiesta de los estudiantes de San Marón, en la
cueva-monasterio se celebró una liturgia eucarística presidida por Hanna
Rahmé OLM, obispo maronita de Baalbek- Deir el Ahmar. Algunos políticos
y un representante de la Orden maronita libanesa también participaron
en la misa.
Situado en el noreste del Líbano, no lejos de la frontera con Siria y
las fuentes del río Oronte, el monasterio forma parte del tesoro de
recuerdos y lugares relacionados con la aventura cristiana de San Marón,
que vivió entre los siglos IV y V, y está considerado el padre de la
congregación monástica espiritual que dio lugar a la Iglesia maronita.
Ya en el siglo V esas mismas cuevas fueron ocupadas por los primeros
estudiantes de San Marón. La reapertura del lugar a la liturgia y la
devoción es vista por muchos cristianos con gratitud. La noticia de un
lugar tan querido por los cristianos, sacado del olvido y del abandono,
-también debido a las disputas judiciales en torno a la propiedad de la
zona en la que se encuentra el monasterio-cueva-, es toda una alegría.
“Logramos recuperar este convento, después del problema vivido en los
años treinta del siglo pasado que se refería a esta zona en la que se
encuentra, - dijo el obispo Hanna durante la homilía -, y ahora
queremos compartirlo como un lugar sagrado, con nuestros hermanos
cristianos y musulmanes. Tal vez, el primer patriarca maronita fue
elegido aquí. Y quien viene aquí siente la presencia de Dios”. El obispo
de Baalbek, según informaron fuentes locales a la Agencia Fides,
también anunció que todos los días se celebrará al menos una misa en el
monasterio.
Los nuevos accesos al lugar marcan el punto y final de un largo tiempo
de abandono. Después de que los monjes se fueran en la época otomana
había estado relegado al olvido y la degradación durante siglos. A
partir de la década de 1930 fue el objeto de la discordia entre la
diócesis maronita de Baalbek-Deir el Ahmar y algunas familias musulmanas
locales influyentes que acusaron a la diócesis de haberse apropiado del
área del monasterio, ya que en 1923 se vieron obligados a abandonar el
área y trasladarse a Siria bajo el mandato francés. Más recientemente,
otra disputa enfrentó a la diócesis de Baalbek-Deir el Ahmar y al
ministerio libanés de recursos hídricos y energía. Se resolvió cuando el
gobierno acordó con la diócesis la posibilidad de comenzar la
reestructuración del monasterio y reabrir sus cuevas.