Sahiwal, PAKISTÁN (Agencia Fides, 27/05/2020) - Los jóvenes católicos en Sahiwal, una
localidad en el Punjab paquistaní, ofrecen cenas a un centenar de
indigentes todos los días, con una actividad solidaria que continuará
hasta que termine la crisis vinculada al Covid-19. Ashiknaz Khokhar,
secretario del grupo juvenil, hablando con Fides, declara: "Estamos
llegando a las personas sin hogar, especialmente a los que duermen en
las calles, privados de cualquier posibilidad de sustento, que duermen
debajo de los árboles o en los bordes de las carreteras". Y explica:
"Creamos un banco de alimentos en la Iglesia Católica de Sahiwal con la
colaboración de sacerdotes en nuestra parroquia, para llegar a los
marginados, los más pobres de los pobres. Tenemos un grupo activo de
jóvenes cristianos, pero también nuestros amigos musulmanes e hindúes
nos apoyan activamente en la distribución de alimentos".
Ashiknaz informa: "El mes pasado distribuimos alimentos a más de 150
familias en diferentes áreas. La idea de crear un banco de alimentos
nació cuando vimos a estas personas abandonadas a los lados de las
calles. Trabajamos para sostener la humanidad y llegar a la gente de
todas las religiones, no solo los cristianos".
Mufti Sohail Shaukat, uno de los musulmanes colaboradores, comenta a
Fides: "Aprecio los servicios de esta juventud cristiana porque trabajan
por la humanidad, sin discriminación alguna. Gracias a esta buena
iniciativa, muchos musulmanes, hindúes y sijs tienen la oportunidad de
colaborar y ayudar en este servicio, creando buenas relaciones
interreligiosas y una atmósfera de confianza mutua".
El grupo juvenil “Way of Life” en la ciudad de Karachi también ha tomado
una iniciativa similar para apoyar a las personas más pobres. Después
de entregar 800 kg de alimentos a 20 familias cristianas, hindúes y
musulmanas entregando unos 20 kg a cada una, en la fase siguiente están
ofreciendo vegetales frescos a 100 familias todos los días.
Michael Bhatti, el líder del grupo, dice a Fides: “En este momento, las
personas están confinadas en su hogar, sin la posibilidad de ganarse un
jornal para vivir y responder a sus necesidades diarias. Muchos son
jornaleros o han perdido sus trabajos. Hacemos una recaudación diaria de
dinero, gracias a muchas personas generosas: luego vamos al mercado,
compramos vegetales frescos, los lavamos y los ponemos en bolsas de 3
kg. Invitamos a un sacerdote todos los días a orar por nuestras obras de
caridad, luego comenzamos la distribución. Es nuestro deseo ayudar a
los pobres y necesitados sin distinción de fe, cultura, etnia, como nos
enseña el Evangelio".