CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 26/05/2020) – A través del Fondo de Emergencia
establecido por el Papa Francisco en las Obras Misionales Pontificias
(OMP) para apoyar a las iglesias locales en los países de misión, ya se han enviado contribuciones a algunos países de
Asia, África y América Latina.
En Pakistán, se ha otorgado un subsidio a todas las diócesis para la
asistencia de las comunidades cristianas más pobres y vulnerables. De
hecho, la mayoría de estas personas generalmente viven por debajo del
umbral de la pobreza y, después del aislamiento durante el cual no han
podido obtener el sustento mínimo, conseguir algo para comer es la
necesidad más urgente y fundamental.
Dhaka, la capital de Bangladesh, tiene una alta concentración de
población, incluidos numerosos inmigrantes que viajan a la ciudad en
busca de trabajos domésticas diarios. Con el cierre declarado por el
gobierno, la mayoría de estas personas se encuentran desempleadas e
incapaces de satisfacer las necesidades básicas, en una situación
dramática. La arquidiócesis ha hecho un llamamiento a todos los miembros
de la comunidad y ha establecido un fondo para ayudar a las familias
con la distribución de alimentos a través de las parroquias.
El Vicariato Apostólico de Puerto Gaitán, Colombia, también está
experimentando una situación particularmente difícil después de la
cuarentena ordenada por el gobierno, que se refleja de manera negativa
en todos los ámbitos, dificultando la misión de la Iglesia, que no puede
garantizar ni siquiera el sustento de los sacerdotes.
En Liberia, en la diócesis de Cape Palmas, los subsidios enviados
servirán para garantizar el apoyo a los trabajadores pastorales, quienes
después del encierro no pueden ganarse un salario para vivir. En la
diócesis liberiana de Gbarnga, se han identificado dos necesidades
pastorales urgentes como resultado de la crisis socioeconómica, a la que
se destinarán los subsidios del Fondo: el apoyo de los párrocos y los
catequistas y la creación de programas de radio que informen sobre el
coronavirus a través de la radio diocesana.
En la diócesis de Francistown, en Botswana, un área de primera
evangelización, la pandemia tiene serios efectos en las actividades
pastorales de las comunidades católicas, la mayoría de las cuales no son
autosuficientes. Por lo tanto, los subsidios enviados se utilizarán
para garantizar el funcionamiento de la secretaría diocesana y las
oficinas pastorales, así como para asegurar la actividad pastoral en 6
parroquias en áreas rurales.
En la diócesis de Umzimkulu, en Sudáfrica, la pandemia ha golpeado con
dureza la vida de la población, la actividad pastoral y la situación
económica de las parroquias y estructuras eclesiales, ubicadas
principalmente en el área rural. Por lo tanto, el apoyo del Fondo
ayudará a las parroquias y comunidades religiosas locales en sus
necesidades básicas.
A través del Fondo de Emergencia Covid-19también se garantizará el apoyo
a la comunidad de las Clarisas del monasterio de Nuestra Señora de
Guadalupe en Casablanca (arquidiócesis de Rabat, Marruecos). Las cinco
monjas Clarisas, de origen mexicano, se mantienen, con dificultad desde
hace tiempo, gracias a la producción de hostias para las celebraciones
eucarísticas y los productos alimenticios comercializados en la red de
restaurantes. La cuarentena ha suspendido estas pequeñas iniciativas que
garantizaban la autosuficiencia económica del monasterio.