Nairobi, KENIA (Agencia Fides, 29/05/2020) – “La pandemia de COVID 19 ha afectado
negativamente la vida social, económica y religiosa, debido al cierre de
los movimientos dentro y fuera de Nairobi, Mombasa y los condados de
Kwale y Kilifi, y el toque de queda desde el amanecer hasta el atardecer
que se impuso el 27 de marzo como medidas de contención para frenar la
propagación del coronavirus en Kenia", explica a la Agencia Fides el p.
Bonaventure Luchidio, Director Nacional de las Obras Misionales
Pontificias (OMP) en Kenia.
“Esta situación ha puesto a la mayoría de los keniatas que viven y
trabajan en sectores informales como jornaleros, en riesgo de hambre y
desnutrición. Esto se debe a que el 48% de la población de Kenia vive de
sus ganancias diarias trabajando como jornaleros en el sector informal.
Quienes tienen un empleo fijo han tenido que soportar la reducción de
sus salarios de hasta el 50%, mientras que a otros se les ha dado un
permiso indefinido no remunerado. Estas circunstancias tienen como
resultado dos problemas principales: hambre y estrés en las familias”
dice el p. Luchidio.
“La Iglesia - dice el Director Nacional de las OMP -, también se ve
afectada por la situación porque depende completamente de las ofertas
dominicales para llevar a cabo sus actividades y mantener a los
sacerdotes. Quienes viven en áreas rurales llevan el mayor peso porque,
además de la falta de bienes básicos, la comunidad en esas áreas busca a
los sacerdotes y religiosos para obtener apoyo espiritual y sustento
material. Los sacerdotes deben interactuar creativamente con los
feligreses compartiendo lo poco que reciben de las personas de buena
voluntad”.
Por lo tanto, el Fondo Especial de Emergencia de las OMP es una
iniciativa más que bienvenida en Kenia. El padre Luchidio dice que "el
Fondo sirve principalmente para apoyar a las diócesis y a los sacerdotes
y religiosos que están encerrados en sus hogares y que pasan hambre,
dándoles la oportunidad de contactar a los fieles en dificultades en sus
parroquias para compartir la comida".
“En segundo lugar, el Fondo ayuda a las diócesis a pagar al personal que
ha sido enviado a casa con licencia no remunerada porque las diócesis
no pueden mantener sus salarios todos los meses. Se ha vuelto difícil
para los obispos administrar sus secretarías debido a la insuficiencia
de fondos para pagar al personal", dice el p. Luchidio.
“En tercer lugar, los fondos ayudarán a que las iglesias cumplan con los
protocolos del gobierno para que cuando se anuncie su reapertura puedan
realizar las celebraciones de acuerdo con las pautas del Ministerio de
Salud".
El p. Luchidio además explica que "la Conferencia Episcopal ha lanzado
un programa de colecta llamado “adopta un programa familiar" en el que
una familia mantiene a otra familia que necesita comida. Tras el
llamamiento de los obispos, las personas de buena voluntad se han
organizado.
Nos conmueven las diferentes formas de cohesión social y solidaridad; la
gente ha abierto sus hogares para acomodar a vecinos necesitados que no
han podido pagar el alquiler, otros han recolectado raciones de comida
para familias hambrientas. Algunos incluso se han esforzado por apoyar a
los sacerdotes en áreas remotas para poder llegar a las familias
necesitadas". "Estos actos de caridad y solidaridad han tocado los
corazones de tantas personas y les han hecho comprender que el Evangelio
se actualiza a través de la caridad", subraya el p. Luchidio
"Esta experiencia nos ha enseñado que es posible alimentar a 5000
personas con 5 panes y dos peces", concluye el Director Nacional de las
OMP en Kenia.