Abidjan, COSTA DE MARFIL (Agencia Fides, 25/05/2020) - "Con la cuarenta y el encierro social, no
hemos podido llevar a cabo nuestra pastoral como creemos que es los
apropiado, pero siempre hemos estado en contacto con nuestra gente",
afirma el padre Roland Malan Kouakou, capellán diocesano para sordos y
ciegos en Yopougon, que está ubicado al norte de Abidjan.
"Las personas a las que ayudamos viven con gran dificultad la situación
causada por el Covid-19”, dice el p. Kouakou “Por ejemplo, una persona
que no ve siempre necesita una guía, pero debido al distanciamiento
social les tuvimos que pedir que se quedaran en casa sin asistencia.
Quienes tienen problemas de audición no pueden vivir las celebraciones
eucarísticas transmitidas por los medios de comunicación y todo esto es
un gran problema real para nuestro cuidado pastoral", explica el
capellán, quien sin embargo aprecia la proximidad y las comunicaciones
telefónicas que continúan realizándose entre él y sus hijos e hijas
espirituales, siempre respetando las medidas de seguridad contra el
Covid-19.
Ante la situación actual, "el domingo les enviamos mensajes telefónicos o
los llamamos para compartir una breve homilía", agrega.
La capellanía diocesana de ciegos y sordos fue fundada en el año
pastoral 2018-2019, en la diócesis de Yopougon, por voluntad del obispo,
Su Exc. Mons. Jean Salomon Lezoutié. La capellanía asiste a personas
con problemas de vista, ciegos y personas con problemas auditivos y
sordomudos, es un ministerio pastoral que está dentro del vasto campo
del cuidado pastoral a los enfermos y las personas con discapacidad para
permitirles vivir su fe cristiana y promover su bienestar espiritual,
moral, material e intelectual.
La capellanía organiza retiros espirituales, cursos de catequesis en
braille para ciegos y lenguaje de signos para sordos, para promover su
integración en la Iglesia; además de cursos de aprendizaje para alentar
su inserción en el tejido social y económico.