Kuching, MALASIA (Agencia Fides, 30/05/2020) – Durante el bloqueo nacional para contener la
propagación de Covid-19 que todavía está en vigor, muchas iglesias en
Malasia están ofreciendo ayuda y servicios para los migrantes.
El Movement Control Order (MCO), establecido el 18 de marzo por la
nación para contener la pandemia, llegó por sorpresa para muchos sobre
todo por la duración del bloqueo. De hecho, se ha extendido y se espera
que finalice provisionalmente el 9 de junio.
“El bloqueo también ha causado una crisis humanitaria en términos de
pérdida de empleos y escasez de alimentos entre los trabajadores
informales a quienes se les paga un jornal diario. Desafortunadamente,
la mayoría de estos jornaleros son inmigrantes extranjeros", escribe a
la Agencia Fides el sacerdote jesuita padre Alvin Ng. "La Oficina que se
ocupa del cuidado pastoral de los migrantes está trabajando para
proporcionar ayuda alimentaria a los migrantes extranjeros", continua el
p. Ng.
Según el jesuita, las personas tienen dificultades para sobrevivir, el
bloqueo ha resultado ser desastroso para muchos migrantes que, en primer
lugar, no han podido regresar a sus hogares debido al cierre de las
fronteras del país y, en segundo lugar, no han podido tampoco salir de
su barrio marginal para comprar comida por falta de dinero y por temor a
ser detenidos por las autoridades en los controles de carretera.
Algunos de los empleadores han proporcionado raciones de comida a sus trabajadores, pero se han terminado muy pronto.
Varias comunidades de migrantes se encuentran en áreas remotas, sin
tiendas o lugares donde poder abastecerse de artículos para cubrir sus
necesidades básicas. Además - agrega el sacerdote -, como extranjeros,
ni siquiera tienen derecho a la asistencia del gobierno. En resumen, su
situación está empeorando notablemente.
Para responder a las solicitudes de ayuda de las comunidades dentro de
la ciudad y la gran área de Kuching, la Oficina de Atención Pastoral de
Migrantes de la Arquidiócesis de Kuching, después de recopilar datos
sobre el número de migrantes, su ubicación y los tipos de ayuda
necesarios, ha comenzado la distribución de ayuda alimentaria.
El apoyo inmediato del arzobispo de la arquidiócesis, Mons. Simon Poh
Hoon Seng, ha sido fundamental. Él mismo presentó una solicitud formal
al Departamento de Bienestar y a la Policía del Estado para distribuir
ayuda alimentaria durante el bloqueo. Con los subsidios de la
arquidiócesis y generosas contribuciones de los feligreses, un equipo de
voluntarios, respetando las disposiciones de seguridad, se reunió para
cargar algunas camionetas con alimentos preparados por algunos
supermercados. Durante tres días (6, 7 y 9 de mayo), el convoy de ayuda
alimentaria viajó por toda la ciudad, incluidos las periferias, hasta el
distrito de Samarahan y Bau. En total, 525 migrantes recibieron 445
paquetes de alimentos para resistir dos semanas. Algunos también
recibieron pequeños subsidios en dinero efectivo y leche en polvo para
familias con niños pequeños.
La Oficina de Pastoral de Migrantes es consciente del hecho de que esta
es solo una pequeña parte de los hermanos y hermanas que continúan
necesitando ayuda. Se necesita el compromiso conjunto de todas las
agencias de ayuda, de los grupos eclesiales, las ONG, y otros grupos
religiosos y laicos, en colaboración con el gobierno y entre ellos, para
asegurar que al final se llegue a la mayor cantidad de migrantes
posible.
“Ya sean locales o extranjeros, todos son el rostro de Cristo a quien
todos estamos llamados a servir. Comenzando por una oración y un
pensamiento por ellos, se puede pasar después a la ayuda financiera y a
ofrecer un vaso de agua en nombre de Dios" ha dicho el padre Ng.