Kampala, UGANDA (Agencia Fides, 28/05/2020) - "Uganda todavía está bajo bloqueo impuesto
desde el 21 de marzo de 2020. Se han aliviado algunas medidas, pero se
mantienen las distancias sociales y el uso de la mascarilla en la calle y
en cualquier tipo de reunión", dice a la Agencia Fides el p. Pontian
Kaweesa, Director de las Obras Misionales Pontificias (OMP) en Uganda,
describiendo la situación de la Iglesia y del país bloqueado por la
pandemia COVID-19.
“Debido a la prohibición de los servicios religiosos en los lugares de
culto, las personas continúan rezando en privado en sus hogares. Esto ha
dado un nuevo impulso a la Iglesia doméstica. He recibido muchos
testimonios de personas y familias que leen la Biblia recitando
oraciones juntos en sus hogares; el Rosario, las Letanías de Nuestra
Señora y la corona de la Divina Misericordia”. Muchas personas y
familias que siguen la misa todos los días, especialmente en la
televisión y las que retransmitidas en streaming en sus teléfonos y en
la radio ". Varias familias también siguen la misa diaria del Santo
Padre desde Roma con sus homilías singularmente edificantes y muchas
personas rezan con él por las personas por las que ha pedido orar:
enfermeras, médicos; migrantes, refugiados, enfermos y quienes fallecen
en la soledad" subraya el p. Kaweesa
El p. Kaweesa subraya la importancia del fondo mundial de emergencia de
las OMP para las actividades de caridad de la Iglesia en Uganda. “Hay
situaciones de emergencia que han requerido la atención de la Iglesia en
muchas diócesis en Uganda. Por nombrar solo algunos, tenemos hogares
para discapacitados como la casa de Nalukolongo (el Papa Francisco
visitó esta casa durante su visita apostólica a Uganda en 2015); en
Kisenyi y Busega", explica. "Dos congregaciones, la de los "Misioneros
de los Pobres", compuesta por hermanos y sacerdotes y la otra de las
"Misioneras de las Monjas Pobres”, conformada por mujeres religiosas,
que tienen casas e instituciones para atender a los enfermos,
hambrientos y discapacitados en la ciudad de Kampala. Ofrecen comidas
diarias a un gran número de personas que de otro modo no tendrían que
comer y alimentan a quienes tienen problemas físicos tan graves que no
son autosuficientes".
El p. Kaweesa también recuerda que “en la diócesis de Kasese, en el
suroeste de Uganda, las lluvias torrenciales causaron inundaciones y
deslizamientos de tierra que devastaron el hospital minero de Kilembe y
provocaron el desplazamiento de varias personas. Las estructuras
diocesanas se han convertido en un hospital y miles de personas son
atendidas en dos escuelas primarias cercanas". "Algunos obispos que
están haciendo frente a emergencias de este tipo en sus diócesis han
solicitado al Fondo Especial de Emergencia de las OMP ayuda para las
víctimas de Coronavirus", dice el p. Kaweesa. “He enviado su solicitud a
la Nunciatura en Uganda y estoy esperando una respuesta de Roma. Confío
en que sus solicitudes serán respondidas adecuadamente. Envié una carta
a todos los obispos en Uganda y les informé sobre el Fondo de
Emergencia OMP Covid-19 en Roma al cual ellos también pueden
contribuir”. “Las personas por ahora tienen muchas dificultades para
aportan
una contribución", admite el Director Nacional de las OMP, sin embargo,
"a nivel nacional, muchas compañías, bancos e instituciones financieras,
individuos, diócesis y la Conferencia Episcopal de Uganda (UEC) han
ofrecido dinero, alimentos y vehículos a la Task Force Nacional para
ayudar a los necesitados. Solo podemos esperar y rezar para que este
espíritu de oración y caridad continúe también después del final de la
pandemia. La misión y la evangelización se fortalecerán", espera el
padre Kaweesa.