Nairobi, KENIA (Agencia Fides, 19/05/2020) - “El distanciamiento social aquí sigue siendo
un objetivo difícil de lograr y en algunos casos absolutamente
irrealista. Solo podemos esperar que el contagio no avance", así lo dice
a la Agencia Fides el padre Andrew Bwalya, director de la revista
comboniana “New People”, describiendo la situación en Kenia, donde el
encierro, con el toque de queda impuesto al atardecer está vigente hasta
las 5 de la mañana.
El religioso comboniano cuenta un ejemplo explicativo: “En la capital,
se encuentra Kebira, el barrio marginal más grande de África donde vive
un número infinito de personas en 2.5 km cuadrados (las estimaciones, no
verificables, oscilan entre medio millón y mucho más). No hay un plan
urbano, las casas suelen ser chozas con varias familias que comparten
los mismos baños. No hay una red regular de calles, por lo que para
llegar a un lugar uno se ve obligado a pasar por los callejones y entrar
en contacto cercano con cientos de personas. Y Kebira, es solo uno de
los muchos guetos donde viven apilados miles de personas en Kenia”.
A principios de abril, las autoridades gubernamentales impusieron el
bloqueo y el toque de queda desde las 7.00 p.m. a las 5.00 a.m., y las
medidas se han extendido hasta la primera semana de junio. La policía,
desplegada por las calles, ha intervenido duramente contra quienes
infringen las medidas. “Muchas personas tienen que salir para ir al
trabajo en la ciudad, el transporte en esta etapa se reduce y el riesgo
de estar aún por la calle después de las 19.00 es muy real. El gobierno
ha asignado 100 millones de dólares para ayudar a aquellos
particularmente afectados por la pandemia y distribuirá 2.500 chelines
(aproximadamente 240 dólares) por familia pobre. Sólo que no será fácil
identificar a las familias necesitadas y asignar los fondos".
El bloqueo, explica el misionero, ha afectado inevitablemente a las
comunidades cristianas que se enfrentan a la imposibilidad de celebrar
los ritos y las reuniones. "Todas las iglesias están cerradas y nadie
puede ir a celebraciones litúrgicas porque corren el riesgo de ser
arrestadas. Afortunadamente, el cuidado pastoral de las redes sociales
es muy activo y siempre ha sido posible comunicarse a través de Facebook
o por streaming. La Pascua fue transmitida por los principales canales
de televisión y radio. Y allí donde es más complicado llegar, incluso
por falta de medios o aislamiento, han sido las muchas pequeñas
comunidades parroquiales las que se han encargado de todo. Las
parroquias a su vez se dividen en pequeños grupos y comunidades, más o
menos 20 familias en la misma área, que se autogestionan, coordinadas
por el párroco, con reuniones de oración y se ayudan mutuamente en las
necesidades. En este difícil período, estas pequeñas comunidades
representan
un formidable ancla social y pastoral".