CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 27/05/2020) - "Es un momento de gran alegría
para las Obras Misionales Pontificias de todo el mundo. Estamos
extremadamente felices porque la Congregación para las Causas de los
Santos ha dado a conocer el reconocimiento del milagro atribuido a
Pauline Jaricot, laica francesa, fundadora de la Obra Pontificia para la
Propagación de la Fe, la primera de las Obras Misionales Pontificias.
Este es un paso muy importante: significa que su compromiso con la
misión, hecho de oración y caridad, habla y sigue siendo significativo
hoy para la Iglesia universal”: así lo declara a la Agencia Fides el
Arzobispo Giampietro Dal Toso, Presidente de las Obras Misionales
Pontificias y Secretario Adjunto de la Congregación para la
Evangelización de los Pueblos, comentando la promulgación del Decreto de
la Congregación para las Causas de los Santos.
El 26 de mayo, el Santo Padre Francisco autorizó al Cardenal Angelo
Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, a
promulgar el Decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión de la
Venerable Sierva de Dios Pauline Maria Jaricot, Fundadora de las Obras
del "Consejo de la Propagación de la fe "y del" Rosario viviente" quién
nació el 22 de julio de 1799 en Lyon (Francia) y falleció en el mismo
lugar el 9 de enero de 1862.
Paoline Maria Jaricot, vivió en Lyon en un período de grandes
agitaciones políticas y culturales; en 1822 fundó la Asociación de
Propagación de la Fe, con la característica de la universalidad. Sintió
que el problema de la cooperación misionera no era ayudar a esta o
aquella misión, sino a todas, sin distinción. Gracias a ella comenzó ese
gran movimiento de cooperación misionera que iba a involucrar
gradualmente a toda la Iglesia. Apasionada por la difusión del Reino de
Dios, estaba firmemente convencida de que la eficacia de la obra
misional no derivaba de los recursos humanos, sino exclusivamente de
Dios. En 1826 fundó el movimiento del "Rosario Viviente": grupos de
personas a quienes cada mes, después de una Eucaristía, se les
encomendaba un Misterio del Rosario que tenían que rezar por las
misiones. Durante su vida no le faltaron cruces, pasó el último período
de su vida en la pobreza absoluta. Fue declarada Venerable por Juan
XXIII el 25 de febrero
de 1963.