Blantyre, MALAWI (Agencia Fides, 02/06/2020) - “Todo está suspendido, no se sabe cuándo
volverán a abrir las escuelas y a realizarse encuentros numerosos y
reuniones. Digamos que aquí la epidemia está bajo control, aunque el
número de contagios ha aumentado. Hay poco más de 300 en todo el país",
escribe a la Agencia Fides la misionera Anna Tomasi, de las Franciscanas
Auxiliares Laicas Misioneras de la Inmaculada Concepción (F.A.L.M.I.),
que se ocupan en particular de salud, educación y asistencia en las
cárceles. "Es una contradicción porque los mercados en todo el país
están abarrotados de personas como si fuesen colmenas, al igual que las
manifestaciones electorales", subraya la misionera. “Las manifestaciones
con más de 100 personas están prohibidas en el país, pero los partidos
continúan con la campaña electoral, con miles de simpatizantes reunidos
para las elecciones presidenciales".
“Desafortunadamente - agrega Anna -, la campaña electoral es tensa y
está provocando episodios graves de violencia". El presidente de la
República, Peter Mutharika, había ordenado el confinamiento de la
población, pero el poder judicial ha aceptado los recursos de la
sociedad civil suspendiendo su entrada en vigor. De hecho, las
restricciones pondrían en riesgo la vida de los más pobres, dada la
ausencia de ayuda alimentaria del gobierno.
Además, la situación se ve agravada por la repatriación de más de 400
personas de Sudáfrica y la fuga de un centro de aislamiento establecido
en un estadio en Blantyre. Según la información local, la policía y los
trabajadores de salud no pueden detener a los prófugos debido a la falta
de equipo de protección adecuado. Al menos 46 de ellos dieron positivo
al virus.