CIUDAD DEL VATICANO - Zacatecoluca, EL SALVADOR (Agencia Fides, 17/06/2020) – “Le pido al Señor que me dé la fuerza en
el momento adecuado para defender los derechos de Cristo y de la
Iglesia. Morir mártir sería una gracia que no merezco. Lavar con la
sangre derramada por Cristo, todos mis pecados, defectos y debilidades
de la vida pasada, sería un regalo gratuito del Señor. Perdono de
antemano y le pido al Señor la conversión de los autores de mi muerte”.
Es el testamento espiritual que nos ha dejado el misionero franciscano
italiano p. Cosma Spessotto, OFM, asesinado en San Juan Nonualco (El
Salvador) el 14 de junio de 1980. El 26 de mayo ha sido reconocido su
martirio, por “odio a la fe”, con la promulgación del decreto de la
Congregación para las Causas de los Santos, aprobado por el Papa
Francisco.
Nació el 28 de enero de 1923 en Mansué de Treviso (Italia), en 1935
entró con los Franciscanos (OFM). El periodo de la formación filosófica y
teológica coincidió con la segunda guerra mundial. Fue ordenado
sacerdote el 27 de junio de 1948. Había madurado el deseo de ir a China o
África como misionero, pero las solicitudes de sacerdotes que llegaban
de América Central lo llevaron a El Salvador, donde llegó el 4 de abril
de 1950 junto con dos hermanos de comunidad. Se le confió la parroquia
de San Juan Nonualco, en el departamento de La Paz, que dirigió hasta su
muerte, ganando la estima y el afecto de los fieles. En los años de la
guerra civil salvadoreña, no dejó de denunciar las injusticias y
atrocidades, ayudó a los enfermos y necesitados, recogió los cadáveres
arrojados a las zanjas y los enterró, sin hacer distinciones. Su trabajo
le costó varias amenazas de muerte. El sábado 14 de junio de 1980,
mientras oraba antes de celebrar la Santa Misa, unos
desconocidos lo mataron a tiros frente al altar principal de su
parroquia.
“El reconocimiento del martirio ha suscitado grande conmoción y alegría,
la comunidad católica en general ha expresado su grande alegría por tal
notificación” explica a la Agencia Fides el obispo de la diócesis de
Zacatecoluca, Su Exc. Mons. Elías Samuel Bolaños. “A pesar de que Fray
Cosme Spessotto es poco conocido en algunos ambientes, sin embargo, al
escuchar la noticia hubo júbilo general. En el mes de Marzo habíamos
recibido la comunicación que el p. Rutilio Grande había sido declarado
mártir también. La Iglesia católica de El Salvador siente el valor del
martirio, como elemento de la vida cristiana”.
Sobre la fecha de la celebración de la Beatificación, el obispo recuerda
que en la reunión de la Conferencia episcopal de enero se había
examinado la posibilidad, en caso de que fuesen publicados los dos
decretos, de realizar una única ceremonia de beatificación para los dos
Beatos, invitando al Papa a presidir tal ceremonia. “En Febrero salió el
decreto del P. Rutilio y en Mayo, de Fray Cosme Spessotto – explica a
Fides el obispo -, ahora ya estamos seguros de su beatificación. A
través del Nuncio hemos enviado una carta al Papa, pero todavía no
tenemos respuesta. En la próxima reunión de la Conferencia Episcopal de
El Salvador veremos cómo proceder. En primer lugar, tendremos que
reunirnos con los representantes de las dos diócesis, para estudiar la
logística e implementación de esta ceremonia”.
El padre Cosme fue asesinado hace ya 40 años, pero su recuerdo sigue
vivo en la comunidad, como subraya a Fides Mons. Elías Bolaños: “En la
Parroquia donde fue asesinado, se le recuerda muchísimo. La comunidad
franciscana, cada 14 del mes durante el año pasado, estuvo haciendo
encuentros parroquiales para darlo a conocer y difundir su vida. El p.
Cosme Spessotto fue un fraile muy humilde, muy pastoral, muy entregado a
su servicio pastoral a sus fieles, les visitaba siempre. Así se le
recuerda: un sacerdote abnegado, generoso, cuidadoso de sus fieles, a
quienes defendió de los ataques en los que eran acusados de
izquierdistas, aunque no lo eran. Además, fray Cosme fue un hombre muy
espiritual: un hombre de oración, muy lleno de amor por la Eucaristía.
Así lo recordamos”.