Roma, ITALIA (Agencia Fides, 01/06/2020) – Entre los decretos que el Santo Padre Francisco
autorizó a publicar el 26 de mayo, además del reconocimiento del milagro
atribuido a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios Pauline Marie
Jaricot, también está el de otra figura
importante del mundo misionero: el Siervo de Dios Melchiorre Maria de
Marion Brésillac, cuyas virtudes heroicas fueron ya reconocidas. Se
trata del Obispo titular de Prusa, ex Vicario Apostólico de Coimbatore,
Vicario Apostólico de Sierra Leona, Fundador de la Sociedad de Misiones
Africanas (SMA), que ha celebrado hace poco los 150 años de actividad. Nació el 2 de diciembre de 1813 en
Castelnaudary, Francia, y murió en Freetown en Sierra Leona el 25 de
junio de 1859.
"Es una feliz coincidencia que une el reconocimiento de las virtudes
heroicas de Mons. De Brésillac con el reconocimiento de un milagro
debido a la intercesión de la Venerable Paulina Jaricot, nacida unos
años antes que él y fundadora de la obra de la Propagación de la Fe"
comenta a la Agencia Fides el p. Antonio Porcellato, Superior General de
la Sociedad de Misiones Africanas (SMA). "Ambos están vinculados a la
ciudad de Lyon – continúa -, ella, mujer laica comprometida, impulsora
de multitudes para apoyar la oración y la ayuda financiera a los
misioneros, fundadora de una sociedad misionera que comenzó en esa
ciudad, ambos protagonistas de un extraordinario momento de compromiso
misionero en el siglo XIX".
Como el p. Porcellato recuerda “ambos se conocían: Brésillac recibió
apoyo económico de la obra fundada por Pauline Jaricot como Vicario
Apostólico de Coimbatore en India y como Vicario Apostólico de Sierra
Leona, además de como Fundador de la SMA. Era la época de las 'Misiones
Extranjeras', ahora el contexto ha cambiado radicalmente, pero a partir
de esta colaboración muy fuerte entre los fieles en Europa y los
misioneros en el extranjero, surgió con fuerza la idea de que la
dimensión misionera pertenece a todo el pueblo cristiano. Todos somos
discípulos y misioneros, como escribe el Papa Francisco en la Evangelii
Gaudium, y como hemos recordado en el reciente Mes Misionero
Extraordinario de octubre de 2019".
Sobre el significado que este reconocimiento de la Congregación para las
Causas de los Santos, aprobado por el Santo Padre, podría tener para
los misioneros de la SMA y, en general, para el mundo misionero, el
padre Porcellato señala: "El hecho de que Brésillac ahora sea
oficialmente 'Venerable' no solo es una alegría para la Sociedad de
Misiones Africanas fundada por él sino que también lo es para los demás
Institutos vinculados a ella, como las Hermanas Misioneras de Nuestra
Señora de los Apóstoles, fundada por su primer colaborador y sucesor, el
p. Agostino Planque. También supone una alegría para la Sociedad de
Misiones Extranjeras de París (MEP), el primero de los Institutos
Misioneros con el propósito exclusivo de las misiones extranjeras.
Brésillac fue miembro de la MEP durante quince años, hasta que fundó la
Sociedad de Misiones Africanas en 1856. Para la Iglesia en India también
es motivo de regocijo, en particular para la diócesis de
Coimbatore, de la cual fue el primer vicario apostólico, en donde
realizó un gran esfuerzo para crear un clero local preparado y
respetado. Por último, se alegra la Iglesia de Sierra Leona, de la que
fue el primer vicario apostólico, aunque vivió allí solo durante 40
días, cayendo víctima de una epidemia de fiebre que en 1859 diezmó a
todos sus compañeros y se cobró su vida”.
La vida y obra de este Obispo misionero, ahora venerable, por lo tanto,
tocó tres continentes: Europa, Asia y África. “Hoy quizás más que
entonces – continúa el Superior General de la SMA –, nos damos cuenta de
que realmente estamos todos interconectados y que solo juntos podemos
hacer frente a los grandes desafíos actuales. El Papa Francisco nos lo
recuerda en la 'Laudato Si', pero en nuestra cotidianidad también lo
experimentamos en la Sociedad de Misiones Africanas, donde los
misioneros de origen europeo, africano y asiático, cada uno con su
contribución específica, ayudan para hacer posible la misión
especialmente en áreas del continente africano que están lejos y menos
en contacto con el Evangelio".
“Para mí y espero para muchos de nosotros, esta etapa en la Causa de
beatificación de nuestro Fundador también significa la confirmación de
que es un camino de santidad - concluye el padre Porcellato -. Sobre
todo, confirma la relación personal y profunda que podemos tener con él.
Descubre que la relación con él es la de un hermano y un padre que está
cerca de nosotros, que nos ilumina y anima en las dificultades de la
misión. Le pedimos insistentemente que interceda por la liberación de
nuestro hermano de comunidad, el p. Maccalli, por la hermana Gloria, el
p. Joel y todos los demás misioneros secuestrados”.