Khartoum, SUDÁN
(Agencia Fides, 14/07/2014) - El gobierno de Sudán, a través del
Ministro de Asuntos Religiosos, Shalil Abdullah, ha anunciado la
congelación de los permisos para la construcción de nuevas
iglesias. La decisión – ha explicado el ministro - se deriva del
hecho de que la comunidad cristiana en Sudán ha disminuido
considerablemente a raíz de la secesión de Sudán del Sur, de donde
provienen la mayoría de los cristianos que vivían en Khartoum.
Después de la independencia de Sudán del Sur en julio de 2011, los
ciudadanos originarios del sur se vieron obligados a abandonar Sudán.
La Iglesia católica
en Sudán recientemente se ha lamentado acerca de la discriminación
que sufren los cristianos que viven en el país. “La situación
jurídica de los cristianos en Sudán es realmente preocupante”,
dijo, durante una reciente visita a la sede central de Ayuda a la
Iglesia Necesitada, Su Exc. Mons. Eduardo Hiiboro Kussala, obispo de
la diócesis de Tambura-Yambio en Sudan del Sur.
Una nota enviada a
la Agencia Fides recuerda que “si bien la Constitución garantiza
la igualdad de derechos para todos los sudaneses, sin distinción de
credo, los cristianos son considerados y tratados como ciudadanos de
segunda clase”. “Los miembros del clero no pueden obtener un
pasaporte y cuando salen del país no saben si alguna vez podrán
volver. Muchos sacerdotes fueron expulsados y los obispos están
obligados a guardar silencio ya que no pueden expresar libremente sus
opiniones”, explico Mons. Kussala durante su visita.
Los más vulnerables
son los fieles comunes, como es el caso de Meriam Yahia Ibrayim
Ishaq, la chica condenada a muerte por apostasía. “La fe de Meriam
era algo que todos conocían - recordó el Obispo - pero un día, de
repente, fue amenazada y luego condenada. Y el gobierno no actuó de
ninguna manera dejando que fuesen los líderes islámicos quienes
decidiesen sobre el futuro de la mujer”. Meriam fue liberada más
tarde como resultado de una fuerte presión internacional, pero se
vio obligada a abandonar Sudán.