Imagen: www.aciprensa.com |
La Paz, BOLIVIA, 9 de julio de 2015
(VIS).- El Papa FRANCISCO llegó al Arzobispado de La Paz arropado por
miles de personas que habían seguido su trayecto desde el aeropuerto a
la capital boliviana. Después de un breve pausa en el Arzobispado el
Santo Padre se desplazó en papamóvil al Palacio del Gobierno donde
efectuó una visita de cortesía al Presidente Evo Morales que le presentó
a su familia y a sus colaboradores.
A
continuación el Pontífice recorrió a pie los 150 metros que separan la
sede del gobierno de la catedral de Nuestra Señora de la Paz, un
imponente edificio construido a mediados del siglo XIX, en cuya fachada
se funden elementos neoclásicos y barrocos y que tiene cabida para mil
personas. Allí tuvo lugar el encuentro con las autoridades civiles y el
Papa pronunció un discurso, que reproducimos a continuación, y en el que
trató en particular de ecología integral, de la participación de todos
los estamentos sociales en el bien común y de la familia, reiterando una
vez más la necesidad de ''construir puentes en vez de levantar muros'' .
''Me
alegro de este encuentro con ustedes, autoridades políticas y civiles
de Bolivia, miembros del Cuerpo diplomático y personas relevantes del
mundo de la cultura y del voluntariado. Agradezco a mi hermano Mons.
Edmundo Abastoflor, Arzobispo de esta Iglesia de la Paz, su amable
bienvenida. Les ruego que me permitan cooperar, alentando con algunas
palabras, la tarea que de cada uno de ustedes, la que ya realizan. Y les
agradezco la cooperación que ustedes, con su testimonio de calurosa
acogida, me dan a mí para que yo pueda seguir adelante. Muchas gracias.
Cada
uno a su manera, todos los aquí presentes compartimos la vocación de
trabajar por el bien común. Ya hace 50 años, el Concilio Vaticano II
definía el bien común como ''el conjunto de condiciones de la vida
social que hacen posible a los grupos y a cada uno de sus miembros
conseguir más plena y fácilmente de la propia perfección''; gracias a
ustedes por aspirar –desde su rol y misión– para que las personas y la
sociedad se desarrollen, alcancen su perfección. Estoy seguro de sus
búsquedas de lo bello, lo verdadero, lo bueno en este afán por el bien
común. Que este esfuerzo ayude siempre a crecer en un mayor respeto a la
persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables
ordenados a su desarrollo integral, a la paz social, es decir, la
estabilidad y seguridad de un cierto orden, que no se produce sin una
atención particular a la justicia distributiva . Que la riqueza se
distribuya, dicho sencillamente.
En
el trayecto hacia la catedral, desde el aeropuerto, he podido admirarme
de las cumbres del Hayna Potosí y del Illimani, de ese ''cerro joven'' y
de aquel que indica ''el lugar por donde sale el sol''. También he
visto cómo de manera artesanal muchas casas y barrios se confundían con
las laderas y me he maravillado de algunas obras de su arquitectura. El
ambiente natural y el ambiente social, político y económico están
íntimamente relacionados. Nos urge poner las bases de una ecología
integral -es problema de salud- una ecología integral que incorpore
claramente todas las dimensiones humanas en la resolución de las graves
cuestiones socioambientales de nuestros días - si no los glaciares de
esos mismos montes seguirán retrocediendo - y la lógica de la recepción,
la conciencia del mundo que queremos dejar a los que nos sucedan, su
orientación general, su sentido, sus valores también se derretirán como
esos hielos. Y de esto hay que tomar conciencia. Ecología integral - y
me arriesgo- supone ecología de la madre tierra, cuidar la madre tierra;
ecología humana, cuidarnos entre nosotros; y ecología social, forzada
la palabra.
Como
todo está relacionado, nos necesitamos unos a otros. Si la política se
deja dominar por la especulación financiera o la economía se rige
únicamente por el paradigma tecnocrático y utilitarista de la máxima
producción, no podrán ni siquiera comprender, y menos aún resolver, los
grandes problemas que afectan a la humanidad. Es necesaria también la
cultura, de la que forma parte no solo el desarrollo de la capacidad
intelectual del ser humano en las ciencias y de la capacidad de generar
belleza en las artes, sino también las tradiciones populares locales -
eso también es cultura - con su particular sensibilidad al medio de
donde han surgido y del que han salido y del medio que le da sentido. Se
requiere de igual forma una educación ética y moral, que cultive
actitudes de solidaridad y corresponsabilidad entre las personas.
Debemos reconocer el papel específico de las religiones en el desarrollo
de la cultura y los beneficios que pueden puedan aportar a la sociedad.
Los cristianos, en particular, como discípulos de la Buena Noticia, son
somos portadores de un mensaje de salvación que tiene en sí mismo la
capacidad de ennoblecer a las personas, de inspirar grandes ideales
capaces de impulsar líneas de acción que vayan más allá del interés
individual, posibilitando la capacidad de renuncia en favor de los
demás, la sobriedad y las demás virtudes que nos contienen y nos unen.
Esas virtudes que en vuestra cultura tan sencillamente se expresan en
esos tres mandamientos: no mentir, no robar y no ser flojo.
Pero
debemos estar alerta pues muy fácilmente nos habituamos al ambiente de
inequidad que nos rodea, que nos volvemos insensibles a sus
manifestaciones. Y así confundimos sin darnos cuenta el ''bien común''
con el ''bien-estar'', y ahí se va resbalando de a poquito, de a
poquito, y el ideal del bien común, como que se va perdiendo, termina en
el bienestar, sobre todo cuando somos nosotros los que lo disfrutamos y
no los otros. El bienestar que se refiere solo a la abundancia material
tiende a ser egoísta, tiende a defender los intereses de parte, a no
pensar en los demás, y a dejarse llevar por la tentación del consumismo.
Así entendido, el bienestar, en vez de ayudar, incuba posibles
conflictos y disgregación social; instalado como la perspectiva
dominante, genera el mal de la corrupción que cuánto desalienta y tanto
mal hace. El bien común, en cambio, es algo más que la suma de intereses
individuales; es un pasar de lo que ''es mejor para mí'' a lo que ''es
mejor para todos'', e incluye todo aquello que da cohesión a un pueblo:
metas comunes, valores compartidos, ideales que ayudan a levantar la
mirada, más allá de los horizontes particulares.
Los
diferentes agentes sociales tienen la responsabilidad de contribuir a
la construcción de la unidad y el desarrollo de la sociedad. La libertad
siempre es el mejor ámbito para que los pensadores, las asociaciones
ciudadanas, los medios de comunicación desarrollen su función, con
pasión y creatividad, al servicio del bien común. También los
cristianos, llamados a ser fermento en el pueblo, aportan su propio
mensaje a la sociedad. La luz del Evangelio de Cristo no es propiedad de
la Iglesia; ella es su servidora: la Iglesia debe servir al Evangelio
de Cristo para que llegue hasta los extremos del mundo. La fe es una luz
que no encandila; las ideologías encandilan, la fe no encandila, la fe
es una luz que no obnubila, sino que alumbra y guía con respeto la
conciencia y la historia de cada persona y de cada convivencia humana.
Respeto. El cristianismo ha tenido un papel importante en la formación
de la identidad del pueblo boliviano. La libertad religiosa –como es
acuñada habitualmente esa expresión en el fuero civil– es quien también
nos recuerda que la fe no puede reducirse al ámbito puramente subjetivo.
No es una subcultura. Será nuestro desafío alentar y favorecer que
germinen la espiritualidad y el compromiso de la fe, el compromiso
cristiano en obras sociales, en extender el bien común, a través de las
obras sociales.
Entre
los diversos actores sociales, quisiera destacar la familia, amenazada
en todas partes, por tantos factores, por la violencia doméstica, el
alcoholismo, el machismo, la drogadicción, la falta de trabajo, la
inseguridad ciudadana, el abandono de los ancianos, los niños de la
calle y recibiendo pseudo-soluciones desde perspectivas que no son
saludables a la familia sino que provienen claramente de colonizaciones
ideológicas. Son tantos los problemas sociales que resuelve la familia, y
las resuelve en silencio, son tantos, que no promoverla promover la
familia es dejar desamparados a los más desprotegidos.
Una
nación que busca el bien común no se puede cerrar en sí misma; las
redes de relaciones afianzan a las sociedades. El problema de la
inmigración en nuestros días nos lo demuestra. El desarrollo de la
diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre
pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los
problemas, es hoy hoy es indispensable. Y estoy pensando acá, en el mar:
diálogo, es indispensable. Construir puentes en vez de levantar muros.
Construir puentes en vez de levantar muros. Todos los temas, por más
espinosos que sean, tienen soluciones compartidas, tienen soluciones
razonables, equitativas y duraderas. Y, en todo caso, nunca han de ser
motivo de agresividad, rencor o enemistad que agravan más la situación y
hacen más difícil su resolución.
Bolivia
transita un momento histórico: la política, el mundo de la cultura, las
religiones son parte de este hermoso desafío de la unidad. En esta
tierra donde la explotación, la avaricia y múltiples egoísmos y
perspectivas sectarias han dado sombra a su historia, hoy puede ser el
tiempo de la integración. Y hay que caminar ese camino. Hoy Bolivia
puede crear, es capaz de crear con su riqueza nuevas síntesis
culturales. ¡Qué hermosos son los países que superan la desconfianza
enfermiza e integran a los diferentes, y que hacen de esa integración un
nuevo factor de desarrollo! ¡Qué lindos cuando están llenos de espacios
que conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro!
Bolivia, en la integración y en su búsqueda de la unidad, está llamada a
ser ''esa multiforme armonía que atrae'' y que atrae en el camino hacia
la consolidación de la patria grande.
Muchas
gracias por su atención. Pido al Señor que Bolivia, ''esta tierra
inocente y hermosa'' siga progresando cada vez más para que sea esa
''patria feliz donde el hombre vive el bien de la dicha y la paz''. Que
la Virgen santa los cuide y el Señor los bendiga abundantemente. Y por
favor, por favor les pido, que no se olviden rezar por mí, pues lo
necesito. Muchas gracias''.
Finalizado
su discurso el Papa regresó al Aeropuerto de El Alto para embarcarse
rumbo a Santa Cruz de la Sierra donde hoy 9 de julio, presidirá la Santa Misa por la apertura del V Congreso Eucarístico Nacional,
encontrará a los sacerdotes, religiosos y seminaristas y pronunciará un
discurso en la clausura del II Encuentro Mundial de los Movimientos
Populares.