Beirut, LÍBANO (Agencia Fides, 17/06/2017) – La aprobación de la nueva ley electoral por 
parte del Parlamento libanés confirma y refuerza “el gran compromiso 
entre diferentes fuerzas que es la clave esencial para leer esta fase de
 la historia del Líbano. El consenso entre las principales fuerzas 
políticas hace que sea posible avanzar, manteniendo la estabilidad 
política que, como todos dicen con palabras, debería utilizarse para 
combatir la corrupción y promover la economía del país, que está en una 
crisis grave”. 
Con estas palabras, el padre Rouphael Zgheib, director nacional de las 
Obras Misionales Pontificias del Líbano, explica a la Agencia Fides el 
escenario en el que ha madurado la aprobación parlamentaria de la nueva 
ley electoral libanesa, que se ha celebrado el viernes 16 de junio. El 
sacerdote maronita agrega que “a primera vista, el sistema adoptado 
parece bastante complicado, y las modalidades técnicas de su ejecución 
tendrán que ser bien explicadas a los ciudadanos, que sólo quieren votar
 sabiendo claramente cuáles son los efectos prácticos de su voto”.
La nueva ley establece en el Líbano un sistema proporcional puro en 
lugar del mayoritario, en vigor desde 1960. Líbano ha sido dividido en 
15 circunscripciones electorales, relativamente homogéneas desde el 
punto de vista confesional. Por los que es predecible que cada 
circunscripción elija a los candidatos que pertenece a la misma 
comunidad religiosa.
El nuevo sistema electoral no afecta a la regla - incluida en los 
Acuerdos de Taif, con la que en 1989 fue sancionado el final de la 
guerra civil - que establece que la mitad de los 128 miembros del 
Parlamento deben ser cristianos, y la otra mitad debe estar compuesta 
por parlamentarios musulmanes - chiíes y suníes - y drusos.
La introducción de la nueva ley electoral es vista por muchos 
observadores como una victoria política del partido chiita de Hezbolá, 
que conseguirá hacer pasar políticamente el consenso del que goza en el 
país. De hecho, también en esta ocasión el acuerdo que ha permitido que 
el Parlamento apruebe el nuevo sistema electoral ha visto converger los 
votos de los chiítas de Hezbolá y los del partido político Amal con los 
votos del partido sunita de Futuro (el partido político del primer 
ministro Saad Hariri y con los de los dos grandes partidos cristianos 
maronitas, la Corriente Patriótica Libre - fundada por el presidente 
libanés Michel Aoun - y las Fuerzas libanesas de Samir Geagea. 
El compromiso político entre estas cuatro formaciones políticas 
representa la base de la “estabilidad” política libanesa, y sobre su 
resistencia se funda también la posibilidad del Líbano para navegar 
entre los conflictos y los equilibrios cambiantes de los poderes 
regionales. Precisamente los cuatro partidos predominantes esperan 
aumentar el número de sus diputados en el próximo Parlamento, en 
detrimento de los pequeños partidos y de los candidatos independientes.
La aprobación de la ley electoral permitirá a los libaneses poder ir a 
las urnas para elegir a los nuevos diputados. La Asamblea Parlamentaria 
actual está trabajando en régimen de prórroga desde hace ya cuatro años.
 La última vez que fue prolongado fue en noviembre de 2014. Las 
elecciones ya han sido fijadas para mayo de 2018.