Roma, ITALIA (Agencia Fides, 01/06/2017) – “La situación en Bangladesh es preocupante por el
incremento de grupos terroristas que se declaran vinculados al Estado
Islámico. Hace un par de meses el guardia de mi parroquia, la iglesia de
Santa Rita en la diócesis de Rajshahi, fue atacado y herido durante la
noche. La propaganda del islam radical que llega desde Oriente Medio
continua. Tras el episodio clamoroso de Dhaka, el gobierno ha reforzado
las medidas de seguridad, pero no se hace lo suficiente para cortar las
raíces de la predicación del odio y la violencia”: dice a la Agencia
Fides el p. Dilip Costa, Director Nacional de las Obras Misionales
Pontificias (OMP) en Bangladesh.
El Director habla de la “presencia tradicional de grupos y partidos
islámicos en Bangladesh, pero también de la “nueva oleada de militantes
vinculados al Estado Islámico, que se está haciendo espacio
especialmente entre los jóvenes, promotores de atentados contra los
activistas sociales, los blogger y los misioneros católicos. Ahora los
misioneros son acompañados por la policía a todas las actividades
pastorales y en la nación permanece un número bastante reducido”,
señala. “Todas las minorías religiosas no islámicas están en la mira,
pero también los musulmanes que no comparten la versión extremista del
Islam o los que promueven una visión laica del Estado, de la sociedad y
de la justicia”, señala el p. Costa.
Un episodio significativo que ha ocurrido en los últimos días, ha sido
el de la estatua que representa en clave hindú a “Themis”, la diosa
griega de la justicia, dicha estatua ha sido retirada de la plaza frente
al Tribunal Supremo de Dhaka por la presión de los movimientos
islámicos fundamentalistas, tales como “Hifazat- e-Islami, Shah Ahmed
Shafi” que la ha calificado de “idolatría”. A continuación, la estatua
ha sido colocada rente a un edificio periférico de la misma institución.
“Nosotros los sacerdotes locales, aunque con cautela y vigilancia,
seguimos con nuestras actividades pastorales, confiando en Dios. No
dejamos que condicionen nuestro testimonio evangélico y tratamos de dar
esperanza. Muchos nos aprecian: el gobierno, los musulmanes, los
feligreses. En mi diócesis tenemos una escuela que lleva el nombre de
Santa Rita de Casia y es frecuentado al 80% por niños musulmanes. Las
familias musulmanas aprecian mucho nuestro trabajo y nos apoyan”.
En Dhaka, dice para terminar el sacerdote, “doy clases en el seminario
mayor de Banglandesh, en el que estudian unos 90 seminaristas que son el
futuro y la esperanza de nuestra pequeña iglesia. El Señor es bueno con
nosotros y nuestra confianza en Dios sigue siendo fuerte, a pesar de
las dificultades”, concluye.
En Bangladesh, los cristianos son una pequeña minoría y representan sólo
el 0,4% de la población: aproximadamente 600 mil fieles, de un total de
160 millones de personas, entre los cuales 350 mil católicos.