Rabaul, PAPÚA NUEVA GUINEA (Agencia Fides, 14/06/2017) – Hoy en Papúa Nueva Guinea hay un gran alboroto
mediático después de la expulsión de Doug Tennent, un misionero laico de
Nueva Zelanda que trabajaba como colaborador, abogado y administrador
de la archidiócesis de Rabaul. Después de unos 30 años en Papúa y las
Islas Salomón, y de haber enseñado derecho en la Universidad Estatal de
Port Moresby, desde el 2014 Tennent trabajaba con el arzobispo de
Rabaul, el salesiano Francesco Panfilo. A pesar de la pronta
intervención de la Iglesia de Papúa y de la Nunciatura Apostólica para
solicitar la suspensión de la orden de expulsión e investigar los
presuntos cargos, la oficina de inmigración lo ha expatriado
forzosamente, embarcando a Doug Tennent este lunes 12 de junio, en un
avión hacia Nueva Zelanda.
En una entrevista con la Agencia Fides el Arzobispo Panfilo reconstruye
los acontecimientos que lo han visto involucrado personalmente: “Doug
Tennent recibió una orden de expulsión con la motivación de 'haber
participado en temas sensibles que tocan a los propietarios de
terrenos'. Entendemos bien a lo que se refiere esta frase: se refiere a
los pueblos indígenas de la West Pomio, en el territorio de nuestra
archidiócesis.
En 2012 un grupo de propietarios de tierras de esa zona suscribió un
contrato con una compañía multinacional de Malasia, la Rimbunan Hijau,
que obtuvo la concesión de tierras para la explotación de la madera para
la producción de aceite de palma. Pero ese contrato no fue examinado en
profundidad. Con los años los indígenas han visto una progresiva
deforestación y una devastación ambiental importante. Por lo tanto,
preocupados, han solicitado condiciones más ecuas, exigiendo garantías
de preservación de la tierra, y pidiendo mi participación directa en el
asunto, como arzobispo y representante católico”.
Mons. Panfilo no se ha echado hacia atrás: “Revisamos este asunto y,
gracias a la contribución competente del señor Tennent, comenzamos el
procedimiento para exigir la re-negociación del contrato”. Las razones
sustanciales enumeradas por el Arzobispo, son varias: “El contrato de
arrendamiento de la tierra es claramente injusto hacia los propietarios
de la tierra; las rentas concedidas por la tierra son inadecuadas y en
los últimos dos años, la multinacional no ha pagado; se han utilizado
medios coercitivos para obtener la firma de los propietarios de tierras y
el consenso para las áreas de concesión; la población local no fue
informada adecuadamente; se nota un grave problema en la devastación
ambiental y en la falta del respeto de ciertos sitios considerados
sagrados por los indígenas; después de seis años no se han producido
cambios significativos en los servicios sociales y comunitarios: por lo
tanto, no se han dado efectos positivos en las comunidades
locales”.
Mientras tanto, el Papa Francisco publicó la “Laudao si’ ” y Mons.
Panfilo en el 2015 mando una carta pastoral en la que, recibiendo los
principios de la Encíclica, entre otros temas, puso de manifiesto la
cuestión de West Pomio y se comprometió oficialmente en favor de la
defensa de los derechos y de la vida de las poblaciones indígenas,
además de por la tutela del ambiente, recordando los principios de la
Doctrina social de la iglesia.
“Hay buenas y serias razones para renegociar el contrato”, dice Mons.
Panfilo. Ahora, la ducha de agua fría ha sido la expulsión de Tennent.
Evidentemente, según las fuentes de la Agencia Fides, la multinacional,
tiene buenas conexiones políticas, y ha querido enviar una señal de su
falta de aceptación de la labor de la Iglesia, haciendo presión para que
el fiel abogado colaborador del Arzobispo, que sigue los procedimientos
legales, fuese expulsado.
“El asunto ha creado clamor e indignación en la política y los medios de
comunicación. Nuestra solicitud al gobierno es la de llamar
inmediatamente a Tennent, cuya contribución es muy valiosa para el
funcionamiento administrativo de nuestra Iglesia local. Esperamos que el
ministro de Asuntos Exteriores quiera intervenir y revisar esta
decisión. Esperamos y tenemos esperanza. Estamos dispuestos incluso a
recurrir a los tribunales” señala el Arzobispo que concluye diciendo:
“Hoy día 14 de junio, comienza una novena de preparación para la
solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, Patron de la Arquidiócesis. A
Él confiamos esta dolorosa historia. Sagrado Corazón de Jesús, ruega por
nosotros”.