Estas han sido las palabras del Papa en la oración mariana:
SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
Sábado, 6 de enero de 2018
Sábado, 6 de enero de 2018
Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz fiesta!
Hoy, fiesta de la Epifanía del Señor, el Evangelio (Mt 2,1-12) nos
presenta tres actitudes con las cuales fue recibida la llegada de
Jesucristo y su manifestación al mundo. La primera actitud: búsqueda, búsqueda afanosa; la segunda: indiferencia; la tercera: miedo.
Búsqueda afanosa. Los Magos no dudan ponerse en camino para buscar al
Mesías. Llegados a Jerusalén, preguntan: “¿Dónde está el rey de los
judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos
venido a adorarle”. (V.2). Hicieron un largo viaje y ahora con gran
afán, intentan saber dónde se encuentra el Rey recién nacido. En
Jerusalén, se dirigen al rey Herodes, que pide a los sumos sacerdotes y a
los escribas que se informen sobre el lugar donde tendría que nacer el
Mesías.
A esta búsqueda afanosa de los Magos, se contrapone la segunda actitud: la indiferencia
de los sumos sacerdotes y de los escribas. Estaban muy cómodos. Conocen
las Escrituras y son capaces de dar la respuesta acertada sobre el
lugar de nacimiento: “En Belén de Judea, porque así está escrito por
medio del profeta” (v. 5). Lo saben, pero no se molestan en ir a
encontrar al Mesías. Y Belén está a pocos kilómetros, pero no se
mueven.
Todavía más negativa es la tercera actitud, la de Herodes: el miedo. Tiene miedo
de que este Niño le quite el poder. Llama a los Magos para que le
digan cuando apareció la estrella y los manda a Belén diciendo: “Id e
indagad […] sobre ese niño. Y cuando lo encontréis, comunicádmelo para
ir yo también a adorarle”. (Vv 7-8). En realidad, Herodes no quería ir a
adorar a Jesús; Herodes quiere saber dónde está el niño, no para
adorarlo sino para eliminarlo, porque lo considera un rival. Y pensad:
el miedo siempre conduce a la hipocresía. Los hipócritas son así porque
tienen miedo en el corazón.
Estas son las tres actitudes que encontramos en el Evangelio: búsqueda
afanosa de los Magos, indiferencia de los sumos sacerdotes, de los
escribas, de los que conocían la teología; y miedo, de Herodes. Y
nosotros también podemos pensar y elegir: ¿Cuál de las tres asumir?
¿Quiero buscar con afán a Jesús? “Pero Jesús no me dice nada … estoy
tranquilo …” ¿O me da miedo Jesús y dentro de mí me gustaría
eliminarlo?
El egoísmo puede inducirnos a considerar la llegada de Jesús a
nuestra vida como una amenaza. Entonces, tratamos de suprimir o
silenciar el mensaje de Jesús. Cuando se siguen las ambiciones humanas,
las perspectivas más cómodas, las inclinaciones del mal, Jesús se
percibe como un obstáculo.
Por otra parte, la tentación de la indiferencia también está siempre
presente. Aunque sepamos que Jesús es el Salvador -el nuestro, el de
todos nosotros-, preferimos vivir como si no lo fuera: en lugar de
comportarnos de forma coherente con la fe cristiana, seguimos los
principios del mundo, que inducen a satisfacer las inclinaciones a la
arrogancia, a la sed de poder, a las riquezas.
En cambio, estamos llamados a seguir el ejemplo de los Magos: ser afanosos en la búsqueda,
movernos para encontrar a Jesús en nuestra vida. Buscarle para
adorarle, para reconocer que Él es nuestro Señor, Aquel que indica el
verdadero camino a seguir. Si tenemos esta actitud, Jesús nos salva
realmente, y podemos vivir una vida hermosa, podemos crecer en la fe, en
la esperanza, en la caridad hacia Dios y hacia nuestros hermanos.
Invoquemos la intercesión de María Santísima, estrella de la
humanidad peregrina en el tiempo. Que con su ayuda materna, cada hombre
llegue a Cristo, Luz de verdad, y que el mundo progrese en el camino
de la justicia y la paz.
Después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas:
Algunas Iglesias orientales, católicas y ortodoxas, celebran estos días la Natividad del Señor. Les
envío mis mejores deseos: que esta celebración alegre sea fuente de
nuevo vigor espiritual y comunión entre todos nosotros, los cristianos,
que lo reconocemos como Señor y Salvador. Y me gustaría expresar, de
manera especial, mi cercanía a los cristianos coptos ortodoxos y saludar
cordialmente a mi hermano Tawadros II con motivo de la gozosa
consagración de la nueva catedral en El Cairo.
La Epifanía es también la Jornada de la Juventud Misionera,
que este año invita a los jóvenes misioneros a hacer suya la mirada de
Jesús, para que se convierta en la guía preciosa de su compromiso de
oración, de fraternidad y de compartición con sus coetáneos más
necesitados.
Dirijo mi c cordial saludo a todos vosotros, peregrinos, familias,
grupos parroquiales y asociaciones, procedentes de Italia y de diversos
países. Saludo en particular a los fieles de Lavello y a los de San
Martino in Rio, a las Hermanas de San José de la Aparición, a los
confirmandos de Bonate Sotto y Romano de Lombardía.
Un saludo especial al desfile histórico-folclórico que promueve los
valores de la Epifanía y que este año está dedicado al territorio de
los Montes Prenestinos. También quiero recordar la cabalgata de los
Magos que tiene lugar en muchas ciudades polacas en la que participan
muchas familias y asociaciones.
A todos os deseo una buena fiesta. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!
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