Sokodé, TOGO (Agencia Fides, 10/01/2018) - “Han pasado cinco meses desde que comenzara la
grave crisis política del país. Fue desde que una coalición de 14
partidos de oposición comenzara a organizar concentraciones y protestas
casi todas las semanas contra el presidente, heredero de la familia en
el poder durante los últimos 50 años. El 27 de diciembre, miles de
personas volvieron a tomar las calles de la capital de Togo, Lomé, para
exigir un límite en el número de mandatos presidenciales y la renuncia
del presidente Faure Gnassingbé”. Son las declaraciones a la Agencia
Fides del padre Silvano Galli, misionero SMA (Sociedad para las Misiones
Africanas) que trabaja en Sokodé. “Se está llevando a cabo un proyecto
para revisar la Constitución, pero el límite de los dos mandatos
presidenciales establecidos no es retroactivo, por lo tanto, el
presidente estaría todavía autorizado a presentarse en 2020 y 2025. La
oposición no lo acepta. A principios de diciembre, la presidencia
prometió abrir un diálogo con la oposición bajo una serie de condiciones
(como la liberación de los manifestantes encarcelados, la retirada de
las fuerzas de seguridad en el norte) que parece que se están
cumpliendo”, explica el padre Silvano.
“La crisis de Togo, -asegura el misionero-, no afecta solo al país en
sí. Varios países de África occidental están preocupados por la
inestabilidad que podría causar en la región. La población y la
coalición de partidos de la oposición reclaman una vuelta a la
Constitución de 1992 y la marcha de Faure Gnassingbé. La represión de la
manifestación del 19 de agosto causó numerosos heridos, muertos,
detenidos y exiliados. Fue el comienzo de una cacería humana lanzada por
el régimen contra la oposición mientras que cientos de miles de
togoleses marchan por las calles de todo el país y otros engordan la
diáspora casi todas las semanas. Las represiones fueron violentas,
especialmente en Sokodé, -cercado por el ejército-, en Bafilo, en Mango,
donde la población huyó a Ghana después de ver sus bienes destruido y
perder todo”. El domingo 7 de enero, en Kara, un
pueblo a 70 km de Sokodé, “nos hostigaron, nos golpearon con fuerza,
pero no
nos asesinaron”, aseguró Ricardo Agouzou, líder regional del Parti
National Panafricain (PNP).
Según los testimonios de las víctimas, el domingo 7 de enero se celebró
un encuentro del PNP en la casa de Agouzou cuando, hombres armados con
palos, cuerdas y machetes irrumpieron repentinamente en las calles. “Los
grupos armados actúan libremente, a cara descubierta, acompañados por
soldados bajo la mirada silenciosa de las autoridades administrativas.
El buen Dios salvó nuestras vidas, logramos escapar. Dios realizó un
milagro y hoy estamos vivos”, aseguró Agouzou, invitando a los
activistas de la oposición a la no violencia. “Sabemos quiénes son los
milicianos, pero dejaremos que Dios los juzgue”, concluyó el líder.
Además, el 26 de diciembre, otros 3 militantes del partido Tikpi
Atchadam fueron apresados por el gobierno y llevados a la prisión civil
de Lomé. Según Ouro Tikpa Tchatikpi, la PNP hasta la fecha no ha sido
informada de los cargos en contra de sus miembros, a pesar de que el
artículo 17 de la Constitución establece que “toda persona detenida
tiene derecho a ser informado inmediatamente de los cargos en su
contra”.
“Se percibe la tensión. La gente no está tranquila”, agrega el padre
Silvano. “Un amigo me decía hace algunos días: “Una vez resueltos los
problemas, hay que ir tras los miembros del ejército, u otros, que
entraron a las casas por la noche, robaron, destruyeron, golpearon e
incluso asesinaron a decenas de personas. Son crímenes contra la
humanidad que no deben quedar impunes”. Pero también debemos ver un
elemento positivo: hay menos militares en Sokodé. Saludé a dos frente al
edificio de la Telecom. Hablaban kotokoli. Les di las gracias porque
estaban allí para protegernos a todos y a los bienes públicos de ser
destrozados o destruidos. Sonrieron. Era principios de año y los
bendije. Luego entré en el edificio saqueado donde el nuevo director de
Telecom me acompañó hasta una oficina con dos señoras y un par de
computadoras: “El padre vino a desearnos un feliz año nuevo”, les dijo.
Luego caminé por el edificio. Había por todas partes albañiles y
pintores que reparaban, limpiaban y renovaban todo”, concluye el
misionero. En estos días, del 8 al 12 de enero, se reúnen en Sokode
todos los sacerdotes de Togo, en la parroquia de Cristo Lumière
Kpangalam, para su encuentro anual, donde tratarán también de la
delicada situación social y política del país y sobre su economía. El
coordinador es el padre Fadaz Charif-Dine Donald, director nacional de
las Obras Misionales Pontificias.